No hay méritos para un demonio resentido

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Capítulo 05: Reencuentro con viejos conocidos.
Parte 1

Durante toda la noche Shi Qing Xuan fue bombardeado con sueños sobre el pasado. Algunos estaban llenos de bonitos recuerdos y aventuras, pero la gran mayoría de ellos giraba en torno a aquel suceso que tanto evitaba pensar.

Justo en el momento en que los primeros rayos del sol comenzaban a aparecer, él se despertó abruptamente.

Xie Lian, Hua Cheng y He Xuan continuaban dormidos, los dos primeros acurrucados muy juntos en el suelo. Shi Qing Xuan apenas sí los observó antes de que un ruido apenas perceptible para el oído humano se escuchará en medio del silencioso bosque.

Se mantuvo en su lugar, como si aún estuviera durmiendo y observó con sus ojos semi abiertos. A lo lejos, había uno de esos seres extraños de hueso con los que se había cruzado la noche anterior. Parecía un poco confuso, caminando con movimientos torpes y descuidados, creando ruidos suaves en medio de la calma de la mañana. Shi Qing Xuan lo observó durante un rato hasta que lo vio desaparecer lejos de ellos.

Se levantó muy rápido, tanto que su cabeza dio un par de vueltas después de hacerlo, probablemente todavía sufría los efectos de la comida de Xie Lian. Shi Qing Xuan sintió extrema curiosidad por saber qué ocurría con este esqueleto ambulante, así que lo siguió, sin avisar previamente a ninguno de sus acompañantes dormidos.

El esqueleto deambuló por el bosque durante horas mientras Shi Qing Xuan lo perseguía para no perder su rastro. El sol ya había salido por completo horas antes, por lo cual, supuso que el resto del equipo ya estaba despierto.

Un rato más tarde, después de corretear alrededor, repentinamente se dio cuenta que el esqueleto había desaparecido por completo de su vista y ya no sabía dónde estaba. En ese momento, Shi Qing Xuan escuchó una voz en su cabeza.

—¿Qing Xuan?

Shi Qing Xuan volvió sobre sus pasos y sonrío aliviado mientras contestaba en voz alta —¡Xie-ge!

Solo entonces, se dio cuenta que la voz provenía de su cabeza —¿Xie-ge?

La voz del otro lado se escuchaba mucho más alegre ahora después de escucharlo —¡Oh sí, soy yo! ¿En dónde está?

Shi Qing Xuan se hizo esta misma pregunta. No tenía idea de dónde podía estar, después de todo, se movió como un loco persiguiendo a un esqueleto con la esperanza de encontrarse milagrosamente con la guarida de su amo. Al final, terminó perdiendo su rastro y el resto de su equipo en el proceso. 

—Ah, es mi culpa. Ví a uno de esos esqueletos cuando desperté y quise seguirlo para descubrir hacia dónde iba pero he acabado perdido.

—Está bien. Me preguntaba por qué razón se iría sin avisar de nuevo, supongo que no quiso crear ruidos que pudieran haber espantado a esa cosa.

—¡Se trata de eso exactamente!

La red de comunicación espiritual se mantuvo en silencio durante un instante, parecía que Xie Lian estaba pensando en algo. Un segundo después, comenzó a hablar de nuevo.

—Nos dirigimos hacia el este, si Qing Xuan es capaz de descubrir dónde está, vamos a reunirnos un pueblo o dos antes de llegar a la ciudad fantasma ¿Está bien?

—Está bien. Los mantendré informados.

Shi Qing Xuan se desconectó de la matriz de comunicación y continuó caminando en línea recta hacia donde creía que el esqueleto se había ido.

Ahora que estaba solo tenía mucho tiempo para pensar, y, de hecho, cayó en cuenta que seguir al esqueleto no fue una de sus mejores ideas. Probablemente, otro de sus compañeros hubiera hecho lo mismo, y se preguntó si los hubiera despertado en ese caso. Era solo que no quería perder su rastro. Despertarlos uno por uno tomaría mucho más tiempo y crearía ruido, al final pensó que sería mucho más sencillo arreglárselas él solo. Sin embargo, si corría con la suerte de descubrir la guarida de su amo y se encontrará con muchas más de esas criaturas hubiera estado en peligro porque no tenía nada con lo que defenderse.