Prólogo

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Primera parte: El regreso del viejo viento.

PRÓLOGO.

En el campo de batalla los caballos corrían sin descanso, levantando la tierra hasta que era casi imposible ver el camino. Una tropa de casi diez mil hombres se aproximaba a las fronteras del reino, listos para la batalla. Shi WuDu cabalgaba a la cabeza de las tropas imperiales, a su lado, sobre un caballo negro robusto estaba su oficial adjunto; He Xuan.

Justo al frente, en medio del polvo las filas del ejército enemigo se dejaban ver. Todavía quedaba algo de tiempo antes de que la verdadera pelea comenzará. He Xuan sostuvo las riendas de su caballo, su frente llena de sudor bajo el casco de su armadura. En su corazón, el coraje se avivó con violentas llamas calurosas, todo su cuerpo se sentía ansioso.

Los oficiales como él no adoraban la batalla, pero eran especialmente apasionados durante la pelea. Ese mismo día, mientras los dos cabalgaban hombro con hombro, de repente un oficial se acercó corriendo en medio del desfile de caballos. Se veía agotado, bolsas bajo los ojos y un rostro moreno por los rayos del sol ahora era pálido y enfermizo.

He Xuan lo miró con la cabeza en alto, su espalda recta sin detener al caballo. El hombre se aproximó dudoso, él le dijo con la voz ligeramente ronca — ¿Qué ocurre?

El oficial parecía aterrado, su boca se movió un par de veces pero no dijo nada durante unos segundos. Su vista se movió al frente; dónde las tropas enemigas estaban esperando y de repente dijo con la voz quebrada —General He, usted... Su, su familia, señor.

He Xuan era un hombre poco paciente, con sus balbuceos sin sentidos consiguió ponerse de un malhumor tan pronto como su ridícula voz alcanzó a sus oídos. Shi WuDu parecía imperturbable mientras cabalgaba a su caballo, su mirada fría como el hielo no volvió a verlo ni una sola vez.

El soldado respiro profundamente y dijo de nuevo, con más valor —Su familia, señor, tanto sus padres, como su hermana y prometida, todos están muertos. Parece que fueron atacados por las tropas del reino del sur.

Durante un largo rato todo pareció estar en silencio, los gritos de los soldados en el frente de la batalla, los caballos galopando, las armaduras rechinando, el tiempo parecía haberse detenido. He Xuan, sintió que en el fondo de su pecho anteriormente caluroso se congeló con la agonía de la infelicidad.

Pero el tiempo seguía avanzando y la pelea se desató, las armas volaron, las espadas tronaron mientras se golpeaban mutuamente y la sangre corrió cubriendo la tierra. He Xuan sintió que estaba siendo rodeado por las tropas enemigas y lucho con fiereza, arremetiendo contra sus adversarios. Pero la muerte no tenía salida, no podía evadir las circunstancias, solo exigir su venganza con esta pelea sangrienta, cortando cabezas y atravesando sus pechos como un bárbaro.

Sin embargo, parecía que su venganza jamás podría ser concretada.

Durante la pelea, He Xuan fue rodeado. No importa que tan habilidoso fuera, durante un combate de tres contra uno él realmente no podía derrotarlos a todos. En aquel instante, miró en medio de todo el alboroto la cabeza de Shi WuDu, pero él no estuvo dispuesto a devolver la mirada, en el segundo siguiente una espada estaba atravesando su estómago.

He Xuan tomo una suave respiración, pero en el momento en que el aire entro a sus pulmones su cuerpo tembló, un dolor agudo extendiéndose por sus extremidades. Mientras caía en la inconsciencia, He Xuan pensó qué un par de espadas mutilando a su cuerpo no se comparaban al dolor de la perdida en su corazón. Todo había pasado tan rápido, la vida, sus sueños, todo parecía haberse esfumado en un parpadeo.

Antes de que su mente se perdiera y se entregará a la muerte, se llenó de odio, y este odio, lo acompañaría hasta el infierno y luego de regreso; por su venganza. 

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Se preguntaran "Oraculum ¿Qué no pudiste escribir un mejor prólogo?" Y la verdad es que no, no pude.  •᷄ࡇ•᷅

Mis disculpas si hay errores de ortografía.

No hay méritos para un demonio resentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora