Cuando iba a la barra una chica tropezó conmigo, se notaba que estaba borracha ya que la tenía que sostener porque se estaba cayendo, al levantarla me di cuenta de que era Malú.
- ¿Malú que haces aquí? - dije preocupada mientras intentaba sostenerla.
- N..no lo se - respondía borracha.
- Dios, estás muy tomada - empecé a quitarle unos cabellos que tenía en la cara.
- Cla..ro que n..noo, estoy b..ien - decia mientras se tambaleaba un poco.
- Vamos, te sacaré de aquí - la tomé y la llevé a la salida.
Al llegar a la salida llamé un taxi y me subí con ella para llevarla, le pregunté dónde estaban sus cosas y me dijo que lo tenía su amiga, le dije que la llevaría a su casa pero me rogó que no, que su papá no podía verla así, ella se estaba riendo de la nada.
Yo la llevé a mi casa hasta que se sintiera mejor, la cargué en mis brazos hasta mi cuarto, le quité el vestido que llevaba y le puse una camisa mía. Le lavé la cara un poco y la acosté en la cama, yo me quedé vestida, me levanté para apagar la luz y me acosté junto a ella.
- Dios mío es tan hermosa - dije mientras la miraba y le acariciaba la mejilla.
- No te vayas por favor - dijo dormida mientras soltaba una lágrima por la mejilla - por favor quédate conmigo, te prometo que me portare bien, por favor -
- No me iré, te lo prometo - dije mientras le secaba la lágrima.
La abracé y le decía que todo estaría bien intentando que ya no tuviera pesadillas, me quedé mirándola, no podía dejar de ver sus labios, tenía muchas ganas de besarla, pero sabia que no podía ella no era como las demás, había algo que me impedía acercármele, así sea para un simple beso.
Mis pensamientos solo daban vuelta en torno a eso hasta que en un momento me quede dormida junto a ella.