Damaged ༄Afterdeath༄

|Seis|

Reaper sabía que no podía pasar toda su vida llorando y menos por alguien que no valía la pena.

Sí, puede que haya su primera relación, sí, esa que duró como unos seis años, mas eso no era excusa, basta de ellas.

La vida es corta, por eso mismo hay que disfrutarla al máximo.

—Bueno, pidan lo que quieran.

Después de no dar señales de vida por un buen tiempo, al pelinegro no se le ocurrió mejor idea que invitar a dos de sus amigos a comer sin previo aviso alguno, claramente fue una gran sorpresa.

—Entonces... ¿Terminaste con Geno?

—Ink —Le dio un leve codazo al mencionado por ser tan impertinente con esa pregunta.

—¿Qué? —Cuestionó confundido— Tanto yo como tú queremos saber ¿Así que, es verdad o no?

—Sí, Geno y yo terminamos ¿Qué importa? —Se encogió de hombros y ocultó su rostro en la carta— ¿Qué van a pedir? Hay pastel de chocolate y helado de postre.

—Blard, ayúdame —Insistió el de bufanda marrón.

—Reaper ya te respondió, deja el tema por la paz.

—¡Pero queremos detalles!

—¿Para qué? Tú, Blard e incluso podría decir que todo el mundo lo sabe ¿Por qué tengo que hacer más obvia la situación en la que estoy?

Era claro que Reaper estaba enojado, se podía notar a kilómetros por como temblaba y sujetaba con mucha fuerza la carta, su malestar no fue desapercibido por ninguno de sus amigos, provocando que el silencio se presentará en la mesa, pero el ambiente se aliviano cuando el pelinegro dejó la carta a un lado y mostró una sonrisa algo forzada.

—Como sea, no quiero hablar de eso... —Desvió la mirada hacia una mesera que pasaba justo cerca de ahí y la llamó con un gesto para que se acercará— Disculpe ¿Se puede pagar con tarjeta?

—Claro, aceptamos todas las tarjetas.

—¿Desde cuándo tienes una? —Preguntó el de ojos verdes olivo una vez la mesera se retiró.

—No es mía, es de Geno —Puso suavemente el dichoso objeto sobre la mesa— Antes que me digan algo, no es mi problema que la haya dejado olvidada en el bolsillo de una de mis sudaderas.

—¿Y cuál es tu plan? ¿Gastar todo su dinero?

—Sí —Respondió mientras guardaba la tarjeta.

—Claro, eso ni se pregunta, Blard, dejando eso de lado ¿Qué vamos a pedir?

—Oh, yo quiero un helado ¿Y tú, Ink?

Mientras se ponían de acuerdo en qué pedir, alguien conocido se acercó a su mesa.

—Chicos, hola —Saludó sonriente un chico de cabello rubio y ojos azules— ¿Qué hacen por aquí?

—Blue, justo a tiempo, tú que vas a ser un futuro policía, dime ¿Cuánto años son de cárcel por usar una tarjeta de crédito que no es tuya?

Como era costumbre Ink hacía preguntas realmente innecesarias.

—Cuatro o cinco años ¿Por qué la pregunta?

—Simple curiosidad —Ocultó su rostro entre sus manos para que el contrario no se diera cuenta de que se estaba riendo.

—¿No quieres sentarte con nosotros? —Preguntó el castaño para cambiar de tema antes que Ink terminé delatándolos, aunque por ahora no habían hecho nada malo, por ahora, claro.

—Lo siento, pero ya me tengo que ir, igualmente nos vemos otro día. 

Los tres se despidieron de Blueberry y de nuevo el silencio se presentó en la mesa.

—¿Ya decidieron qué van a pedir? 

—¡Sí, Blard se unió al lado oscuro!

Reaper e Ink chocaron las cinco con sonrisas cómplices, mientras a Blard solo le quedó suspirar y reír por la situación, sus amigos eran unos tontos, así que no creía que esto fuera a ir muy lejos. 

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Se dio cuenta de inmediato que alguien estaba usando su tarjeta de crédito y no tenía que ser un adivino para saber quién era.

—¿En serio, Reaper? —Se le escapó una leve risa al ver en su celular los movimientos de su tarjeta, pensaba que realizaría compras más caras o incluso raras, que podrían despertar su interés, pero como siempre, su ex era muy blando.

Dejó que el pelinegro hiciera de las suyas por unos días, quizás le tuvo lástima por su manera tan patética de vengarse, mas un día lunes decidió que ya era suficiente y llamó al banco para cancelar su tarjeta.

Pronto la noticia de que él y Reaper habían terminado llegó al oído de todo su circulo social.