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Archivos Perversos +18

Chelsea

—¿Qué se supone que hiciste en el auto? —me preguntó mi madre—

—¿Qué? —exclamé mientras casi me ahogaba con la pasta—

—Dereck estuvo limpiando el auto, ¿cómo es eso que tiraste mayonesa?

Miré a Dereck y le di mi peor cara, maldito mentiroso, encima me sonríe, maldito y sensual idiota. 

—Fuimos a comprar mayonesa porque Mica la había olvidado para la ensalada y sin querer tiré las bolsas atrás y encima de eso tiré la mochila de Dereck e hice un lío. 

Dereck me miraba como si los ojos se le fueran a caer, honey cuando tú vas yo ya vine diez veces.

—Se más cuidadosa, la otra vez volcaste la leche.

— Bueno, perdón —dije histérica—  Acaso Dereck nunca volcó leche en el auto —fugazmente lo miré y alcé una ceja, el pobre se ahogó con el jugo—

El almuerzo transcurrió un poco más normal, bueno o dentro de todo normal, le envié unos mensajes a Dereck preguntando porque carajo dijo que yo ensucie el auto, en parte tenía razón pero el maldito mentiroso me echó la culpa solo a mí, me vengaría y le va a doler y mucho.

—Mamá —grité mientras me dirigía a su despacho—

—Se fueron —la voz de Dereck hizo que me quedara parada en mi lugar, retrocedí al living. —¿Se fueron?. 

—Sí, los llamaron del estudio.

—Genial —sonreí, Dereck entrecerró su mirada—  Si vuelven antes que yo diles que estoy en lo de mi hermana.

—¿Y realmente irás a...?

—Reí, algo me conocía— Por ahí, no te preocupes. 

—Ok, ve con cuidado Chels —dijo y siguió con su celular— 

Corrí a mi pieza y me cambié, me puse un short y una musculosa de color rosa que resaltaba mi más grande atributo. Salí de la casa rumbo a la casa de mi mejor amiga, tomé el autobús y luego de unos veinte minutos bajé, solo debía caminar cinco cuadras y estaría con ella.
Debía pasar debajo de un puente, el cual odiaba, estaba lleno de personas en situación de calle que solo sabían robar y decir miles de cosas a las personas que pasaban.
Comencé a caminar por debajo del puente, eran aproximadamente dos cuadras, divisé dos personas no les di importancia y seguí mi camino, terminé por correr los pocos metros que quedaban y llegué a mi destino.

(***)

—¿Cómo? ¡Estás loca! —gritó a todo pulmón mi amiga—

—No grites, aún no puedo creerlo —dije mordiendo mi labio inferior—

—¿Y? ¿Fue tal y cómo lo pensaste?

—Fue mucho mejor... tiene un...

La tarde con mi amiga fue pura risa y cochinadas, me vi obligada a contarle todo con lujo de detalle, de mi "noche" con Dereck. Ella siempre supo que me gustaba, pero no sabía de los archivos eso era reservado para mí y bueno mi hermana sabía algo. Recibí una llamada de mi madre a los gritos diciendo que ya era muy tarde para estar en la calle, miré la hora eran las nueve de la noche. Iba a pedir un taxi pero recordé que no tenía suficiente dinero y mi madre aún no estaba en casa para pagármelo cuando llegara. Me despedí rápidamente de mi amiga y salí rumbo a la parada del autobús.  

—¡Que tetas! —escuché que alguien me gritó detrás—

Mis nervios se pusieron en alerta, no quería ni voltear a ver quién era. Seguí caminando, mis manos sudaban, caminar sola siendo mujer era casi un intento de asesinato asegurado, ya no había lugar en donde te podías sentir segura, por más desgraciada o perversa que sea nadie tiene derecho de decirme nada, a mí ni a nadie.

—¿Por qué vas tan apurada guapa? —volví a sentir su voz, comencé a rezarle a todos los Ángeles—

Mis pasos comenzaron a ser más rápidos, sentía que él se aproximaba, mi cuerpo se tensó del miedo. Ya podía ver la luz de salida. Sería libre. O eso pensé, ya que un hombre robusto apreció en la escena a unos metros de mí, no tenía apariencia de ser alguien de la calle, se lo veía "pulcro", por mi parte tenía dos opciones cruzar de calle y que me atraparan o darles mi mochila y salir corriendo. Definitivamente la mochila. 

—Te dije que la muñequita volvería a pasar por aquí, siempre pasa-habló el hombre que se encontraba a metros de mi.

Me quedé paralizada del miedo, hice unos pasos para atrás y sentí que mi cuerpo chocaba con el de alguien. Ya me tenían vista, me sentí como una pobre presa a punto de ser ejecutada.

—Sabes hace cuánto estamos esperando este momento, claro que no, no tienes idea-dijo acercándose a mí, apretando mi cara, oliendo mi cuello.

—Les daré mis cosas, no me toquen —rogué desesperada—

—No queremos tus cosas, queremos tocarte. Ese culito camino muchas veces por acá, hoy vamos a probarlo —una de sus manos golpeo mi glúteo izquierdo— 

El asqueroso que estaba detrás de mi me sujetó los brazos hacia atrás rápidamente, mientras me decía cosas que prefiero no reproducirlas. 

—Carajo  —susurré, el bastardo ejercía mucha fuerza sobre mí y hacía que mis brazos dolieran como la mierda— 

El desgraciado que estaba frente a mí, rompió mi remera al medio y mi miedo aumentó. Puso sus asquerosas manos sobre mi pecho y los apretó al punto de hacerme gritar del dolor.

—Auxilio —comencé a desesperarme y querer zafar de su agarre, comencé a moverme pero el maldito me presionaba más fuerte, tenía miedo, mucho miedo, mi cuerpo no sabía de dónde sacar fuerzas, solo me quedaba gritar—

—Auxilio, ja ja ja. Nadie salvará tu culito muñequita, nunca nadie hace nada.

—AUXILIO AUXILIO —apenas podía gritar del miedo—

El imbécil que sostenía mis pechos, arrancó mi brasier de un tirón, mis gritos sonaron más fuertes, mi corazón latía del miedo. El maldito golpeaba mis pechos y me preguntaba si así me gustaba, maldito asqueroso. Apretaba mis pechos con sus sucias manos, y en un intento de querer acercarse más a ellos, le di una patada.

—Quédate quieta —gritó el que estaba a mi espalda—

La voz de una tercera persona me hizo colapsar, alguien se acercaba. Mi mente estaba peleando entre seguir gritando y peleando o desmayarme.
El hijo de puta que tenía enfrente, sacó un cuchillo de algún lado y lo apretó contra mí cuello, sentí un ardor. 

—No debiste pararme muñequita — el cuchillo cortó mi fina piel, y sentí un líquido recorrer mi cuello—  No sabes con quiénes tratas.

Mi mente se nubló, pensé en mis hermanos, en mi mamá y mi papá, pensé en cómo matan a miles de mujeres, hombres y niñxs en la vía pública siempre y nadie hacia nada. Pero hoy alguien hizo algo por mí. 

—¿Qué le están haciendo? —escuché esa voz otra vez, alguien corría hacia nosotros, no pude ver quién era—

Sentí que me soltaron bruscamente y mi cuerpo cayó al suelo sin escala. Sentí mi cabeza golpear sobre el frío piso. Alguien me habló, no escuché bien, se escuchaban varias voces de hecho. Me permití cerrar los ojos, me permití abandonar mi conciencia por un rato.

N.A:

¿DERECK DÓNDE ESTÁS? ¿POR QUÉ NO VIENES A RESCATAR A TU DONCELLA? *inserte meme de la cara de Dereck en un corcel a lo Sherk.

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Archivos Perversos (+18) - MR - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora