Archivos Perversos (+18) - MR - COMPLETA

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Archivos Perversos +18

Chelsea

Lo miré de reojo, estaba vestido, perfumado, peinado, miraba su reloj. Ya la detestaba.
Mi madre me estaba contando algo que no me interesaba, seguía mirándolo, se que sentía mi mirada en él pero no se voltearía a mirarme, me ignoró todo la mañana y dejó en claro que no me acompañaría a la policía, bueno no lo dijo pero era obvio. 

—¿Entonces qué haremos? —preguntó mi madre—

—Necesito ayuda psicológica —dije de repente—

—¿Qué necesitas que? —mi madre se exaltó—

—Necesito ir a ver a un psicólogo —repetí—

—Bueno... ¿Quieres que busque uno? —me miraba de forma extraña—

—No, yo me conseguiré uno, solo quería que lo supieras —me levanté de la silla y me fui directo a mi computadora—

Pasé por su lado, ni siquiera me miro, hubiera sentido su mirada.

Busqué en mi computadora centros de salud, encontré varios y anoté sus números, comencé a llamar y me asesoré con varios profesionales, antes de elegir a una, tendría una psicóloga los días martes a las once de la mañana.

Martes 4 de Enero, a las 11:00 hs cita con mi psicóloga, anoté en mi teléfono y ya dejé puesta la alarma.

Mire la hora, 17:38 hs. ¿Qué se supondría que haría ahora? El primer lunes del año y encerrada, no quería molestar en lo de mis hermanos, mi única amiga estaba de vacaciones, mi madre y su marido trabajando y Dereck... Dereck con Luana. Mi pecho se sintió pesado y suspiré sin ganas al recordarlo. ¿Cómo pude decirle que se vaya? Pero a la vez me pregunto ¿Por qué privarlo de algo que no le puedo garantizar?

Me levanté y fui al baño, me cambié con toda la pereza del mundo y salí, tenía que ir a la comisaría, nadie había llamado así que supongo que el idiota de Alan seguía sin aparecer.

(***)

—Buenas tardes —me acerqué donde se encontraba una mujer policía—

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarla? —dijo mientras fijaba su mirada en mi, dejando el lápiz que sostenía hace un momento—

—Bueno, este...Hay una persona desaparecida y me dejaron esto ayer en casa de mi padre —dije mientras le daba un papel—

—Un segundo, lo voy a revisar —me dijo. Pude notar que su mano apretó fuertemente el lápiz— Efectivamente fue citada a declarar, ¿es usted mayor de edad?

—Si —contesté—

—Necesito su identificación —aclaró su garganta, cualquiera pensaría que al ver el papel se puso tensa—

Le pasé mi identificación y me hizo firmar unos papeles, dijo que me devolvería mis documentos una vez que saliera de la declaración, me guió por un pasillo asqueroso donde un oficial me esperaba, me hicieron pasar por una sala algo oscura.

—Toma asiento —me dijo el oficial, su rostro era familiar, no podía recordar de dónde, me senté— Dime, ¿cuándo fue la última vez que lo vio a señor Alan Martínez?

—La madrugada del primero de Enero.

—¿Dónde se encontraba?

—En el domicilio en el cual recibí la notificación —el oficial se sentó a unos metros de mí—

—¿Qué hacia allí?

—Celebrábamos año nuevo —dije obvia—

—¿Quien se encontraba con usted en el momento en que vio al señor Martínez?