Un viejo amigo

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—señora Suria—la llamé, aunque dudo que me halla escuchado por el fuerte ruido que hacía la lavadora. Me acerqué a ella—señora Suri—dio un salto del susto, se giró hacia mí y cuan do me vio puso sus manos en su pecho.

—hija... Pero qué sigilosa eres, me sacaste un susto—agitada me habló. Reí un poco.

—no lo soy en realidad, es solo el ruido de la lavadora, es muy fuerte—volteó hacia ella.

—tienes razón—rió también—¿Para qué estás aquí?—vio el canasto—Oh, eso. Muchas gracias, mija—le sonreí—dile a los muchachos que se vayan a comer, ahí ya está en la mesa y los platos ya están servidos. Tu también ve a comer que te veo muy flaca—¿Muchachos?

—está bien, gracias—sonreí y luego di media vuelta para irme al comedor. Estaba a punto de sentarme cuando ya estaba allí pero recordé que le tenía que avisar a Erik. Subí las escaleras en dirección al cuarto de él y cuando entré me di cuenta que también estaba Kristen. Ésta al verme se asustó un poco pero luego rodó los ojos. Ahora entiendo el "muchachos".

—¿Qué quieres?—erik habló.

—la señora Suria dijo que vinieran a comer—no dejé que contestaran, me di la vuelta y volví al comedor.

***

—basta bebé—kristen soltó una risa tonta ante los abundantes besos en la cara que su novio de estaba dando. Estos tontos ni siquiera dejan comer.

—mi terrón de azúcar, ¿Cómo es que me elevas tanto?—agarró su cara con sus dos manos—me llevas a las estrellas—admitió y se fundieron en un beso.

—Ugh—solté, Kristen y Erik se despegaron.

—¿"Ugh"?—con sus dedos hizo comillas al repetir lo que dije—solo estás celosa—apreté el tenedor que tenía en mis manos.

—¿Qué estupideces dices?—pasé mi lengua por mis dientes, enojada. Ni siquiera sé porqué me enojaba, ¿Verdaderamente estaba celosa como ella está diciendo? No lo sé pero admito que sentí algo feo desde que los vi muy melosos en el comedor.

—lo está—erik rió burlón.

—¿Debo de preocuparme, amor?—sarcástica le preguntó a su novio.

—obviamente no, hasta ofende la pregunta—se miraron y luego se volvieron a besar frente a mí. Ouch. No sé qué me dolía y enojaba más, el hecho de que se estaban besando frente a mí o el hecho de que me dolía y me enojaba verlos besarse y darse cariño. Sentí una punzada en mi corazón y me asusté, no quería sentir nada por un idiota como él. Era guapo, mucho, pero no podía enamorarme de él, ni siquiera gustarme. Me levanté de mi asiento para salir de ahí. Era muy incómodo.

—¿A dónde vas?—«como si te importara».

a conseguir trabajo—dije sin pensar. Aunque había sido inesperado, sí, me hacía falta un trabajo, no era mala idea ir en busca de. La rubia rió.

—es pobre...—susurró a Erik lo suficientemente alto para que escuchase.

—pobre tu manera de pensar—respondí tranquila, su cara cambio de burla a sorpresa y de ahí a enojo. No me molestaba u ofendía el hecho de que me llamase pobre, pero no iba a dejar que se burlara de mí.

—ah sí, pues... Pues...—buscaba algo que decir para responderme, al parecer no lo encontraba—...tonta—pegué una carcajada que todavía me dio más risa por cómo sonó.

—¿Es en- es enserio?—volví a reír, no podía ni ver mis mejillas estaban tan arriba que cerraban mis ojos completamente. Mi vientre ya dolía de tanto reír pero después de unos segundos paré—lo siento, lo siento. Es que fue—agarré una bocanada de aire—...muy estúpido, hay que admitirlo—dije soltando el aire agarrado. Se me hizo ver a Erik con una pequeña sonrisa en su cara, una sonrisa de verdad, pero no podía confirmar nada, no vi bien—bueno, tengo que irme. Adiós—abandoné el cuarto y después la casa dejándolos en compañía con la señora Suria.

***

“Little cesars

Letras grandes enfrente de la estructura formaban esa frase. Pensé en el camino que talvez era una buena idea pedir trabajo aquí, entonces... Aquí estaba.

Me andentré haciendo sonar unas campanillas. Mis ojos se posaron en ellas, estaban encima de la puerta que había abierto.

—¿En qué puedo ayudarte?—una voz se dirigió hacia mí, volteé a donde provenía esta y vi que un chico era el que me había hablado. Me parecía conocido.

—Ashton...—solté en suspiro. El chico puso de confundido, me prestó más atención y su cara cambió a una de asombro.

—Michelle...—dijo de la misma forma, saltó la barra que nos separaba y se dirigió a mí, envolviéndome en un fuerte abrazo.

[Espera, aún te necesito] #EmndzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora