Capítulo 《1》

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Hace años, algunos territorios comenzaron a relacionarse con seres superiores en fuerza y habilidades, más de las que un humano puede poseer. Seres sobrenaturales con el privilegio de entrar en segundas pieles y sobrevivir casi del aire. No quiero mentir, no todos nos aceptamos ni todos ellos nos apreciamos unos a los otros, pero al menos tratamos de respetar nuestros espacios y modos de vivir, todos según las reglas. Ahora los cambiaformas, vampiros y otras criaturas conviven con nosotros, los simples mortales.

Para mi progresiva mente abierta, libre de excesos de prejuicios, estos sucesos por más aterradores que sean me saben normales, geniales en verdad. En teoría, mi diario. No he tenido muchos problemas con ellos, la mayoría en mi ciudad actual son bastante amables y respetuosos, algunos hasta distantes de personas como yo, humanos indefensos. Gracias a eso he podido desarrollarme en esta ciudad.

Actualmente, soy actor y modelo a tiempo completo. Esta gran ciudad, Nethice, me permitió encontrar la estabilidad y la confianza que nunca antes había tenido, o que al menos perdí en algún punto de mi vida. Tratando de vivir por mí mismo conseguí trabajo en esta capital tan diversa, uno que me permite vivir en un acomodado y costoso complejo de edificios. Los medios y las redes expresan cosas buenas de carrera, y malas también, aunque da igual eso, en las entrevistas no dicen nada que no pueda sobrellevar. Solo me importa que me he convertido en lo que soñé una vez, alguien emprendedor y exitoso en la vida profesional con un trabajo y vida personal estables.

Mi parte amorosa... esa es un desastre, en lo de encontrar a mi otra mitad y blah, blah, blah. Esa con la que todos sueñan cuando son adolescentes. Esa, a la que cambiaformas lobos como mi adorado Sol, reconocen una vez que le ven, incluso con solo oler a la otra persona.

Así le sucedió con Aisha, su actual pareja predestinada, mi mejor amiga. Para mi complicada existencia, las responsabilidades que conlleva mantener una relación amorosa en mi mundo laboral, son un jodido dolor de cabeza. Siempre terminan hartándose de mi ausencia o mis repentinos viajes, prefieren a alguien quien esté en todo momento ahí dándoles cariño y, no los juzgo.

Ahora vivo en el mismo edificio que mis mejores amigos y compañeros de trabajo, Sol, Veros y Aisha. Puesto que a todos nos unía algo en común, la familia que no tenemos, nos hicimos como hermanos con el tiempo. Sí, no es que ninguna de nuestras familias se conozca o tengan algo en común más allá de que todas nos dieron la espalda de alguna forma.

Sol, fue expulsado de su antigua y súper conservadora manada, de esas que son peores que las religiones de siglos pasados, solo por enamorarse de una humana común y corriente. Es un chico muy codiciado, también uno demasiado dulce para ser un lobo Alfa, pero es quien primero te ayuda cuando lo necesitas. Un sobreprotector hermano mayor que cometió el maravilloso error de amar sin prejuicios.

Este chico llegó a aparearse a Aisha, la convirtió y se casaron bajo las leyes humanas y de cambiaformas, pero para su mala suerte, no han podido tener hijos por alguna extraña razón. Sin embargo, hacen una excelente pareja; ella es una sensiblemente orgullosa beta, la que parece tener riendas sobre su posesivo hombre-lobo y Alfa dominante.

Por otra parte, Aisha es huérfana, por lo que no tengo mucho que decir de ella. Salió de aquel encierro de convento luego de sus dieciocho años. Pasó hambre y frío en las calles hasta que nos conoció. Es la mandona del grupo y a veces la niña caprichosa, pero la inteligencia que tiene para salir de aprietos, es envidiable. Ella es muy unida a Veros, ambos parecen hermanos gemelos de pensamientos, aunque terminó siendo actriz conmigo. También vende sus diseños textiles online. Dicen que es fashionista, o algo como eso.

Veritos Vende, un nombre extremadamente raro para una persona, pero significa rubí negro así que es algo lindo. Él detesta su nombre y por eso lo acortamos a Veros. Es un humano común, como yo, que estaba siendo obligado a casarse su familia, y como el chico rebelde que es, salió de su casa para no seguir esos pasos. ¡Solo tenía dieciséis añitos por lo más sagrado! Casi nadie piensa en casarse a esa tierna edad. EL pobre estuvo a punto de someterse a una operación estética para cambiar su género con tal de poder amar con libertad a los chicos. Al final no lo hizo por miedo a que era ilegal a su edad y no tenía tutor. De todas formas, fue una experiencia que no quiere repetir.

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