Especial I: Tercera cita

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Aclarar que esto es un especial.
Es continuación del capítulo 23.
Y, aquí termina el relato de esta pareja hermosa y cursi.
Escenas para +18.

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Ash POV

Justo como dijo Devon, antes del amanecer partimos para la cabaña donde se dieron nuestras citas. No había cambiado nada en el exterior, salvo que ahora estábamos en invierno, el lago estaba congelado y brillaba incandescentemente por el Sol de la mañana, aún persistía el trinar de los pájaros pero se veía pocos y los dos árboles en frente estaban casi congeladas, pero más allá de eso, todo era igual afuera.
-Entremos primero, luego de que te abrigues puedes salir y ver más.- Devon me sacó de mi observación. solo lo miré, tenía esa sonrisa contagiosa que derrite.
Nada más abrir la puerta flaqueé, no había metido cuando dijo aquello en el departamento. Había pegado estrellitas fluorescentes en el techo, como las luces estaban apagadas y solo iluminaba el fuego en la chimenea se podía ver a la perfección, las sombras formaban un corazón en el suelo. Me acerqué a paso lento, no podía creer que fuera tan romántico en serio. Siempre pensé que era solo para conquistarme, cosa que ya no hacía falta, no luego de la confesión que le hice.
-Devil, eres un cursi. - Dije acercándome a él. Pronto lo abracé por su torso y apoyé mi cabeza en su pecho. Sus manos no tardaron en pasar por mi espalda cariñosamente. -Pero me encantas.
Me tomó por los hombros y me giró para quedar de espaldas a él. Y sí, en la ventana cerca de la entrada a la cabaña estaba el planetario. Se acercó y presionó un interruptor, el brillo no se hizo esperar, era como si el cosmos estuviera en la casa.
-¿Te gusta?- Sonrió dudoso, cepilló su nuca esperando impacientemente mi respuesta.
-¿Te he dicho alguna vez que eres impaciente?
-Touché.- Me acerqué para besarlo dulce y calmado. Necesitaba expresar todo lo que sentía en el momento. Devon tenía inseguridad respecto a mis sentimientos, a pesar de que podía leer mi mente, había dejado de hacerlo por el miedo a descubrir algo que no le agradaría. Por eso, yo tenía que demostrarle mediante acciones y palabras cómo me sentía en el interior. Como lava.
-Me encantas.- Iba a besarlo nuevamente pero rió interrumpiéndome.
-¿Estamos hablando de mí o de mi regalo?
-Creo que son lo mismo, Devil.- Era obvio, para mí, todo lo que saliese de él, era magnífico, cada detalle, cada acción.
-Me alegra que te guste entonces. Mmm, pastelito, hay un problema. - Hice un sonido de pregunta, no quería saber de problemas, al fin lográbamos estar juntos si pelear ni nada que nos separase. Lo miré extrañado, su silencio se estaba prolongando demasiado.
-¡Ya Devil, dilo!
-Impaciente.- Besó mi mejilla. -Siento mucho decirte que tendremos que estar tres días dentro de la cabaña, se acerca una tormenta de nieve. No podremos ni abrir las ventanas.
Entrecerré los ojos. No creo que fuera coincidencia. Vinimos en el helicóptero de la última vez y no hubo ni viento, pero bueno, tampoco es que me queje de estar a Zonas con Devil y.... oh. Dios. mío ¿Devon estaba haciendo puchero? Esto sí es magia.
-No te preocupes por eso, solo dime que hay una dispensa abastecida. - Eso era pánico, no me molestaba pasar mi cumpleaños y tercera cita encerrado con Devon, al contrario. Sería maravilloso explorarlo cada día sin interrupciones. Pero sin comida, solo iba a sobrevivir.... Ninguno.
-Devon, un momento, tú... uhm... ya sabes, tú...
-¿Si traje MI comida?- Asentí suave con la cabeza. -Tranquilo pastelito, puedo vivir tanto tiempo como requiera sin probar la sangre. ¿Recuerdas? Soy un casi anciano.
-Bueno, si... si necesitas, no dudes en decirme. Haría cualquier cosa para que estés bien. - Su cálido abrazo me envolvió el alma. Besó mi cabeza.


...

La noche había llegado, el tiempo lo pasamos conversando sobre cosas cotidianas, era agradable estar así, abrazados en el sofá con nuestros cuerpos juntos. Lástima que hubiese demasiada ropa de por medio.
Devon se ofreció a cocinar. Al final, sí había una dispensa llena, la nevera igual, había hasta Arónica*. Hizo una deliciosa paella de mariscos sabiendo que amo el platillo. Cené tranquilamente, aunque su mirada estaba puesta en cada gesto que yo hacía y de vez en cuando limpiaba mis labios con una servilleta, una vez lo hizo con el dedo pulgar y luego lo lamió. Para qué decir que mi cuello estuvo rojo hasta que entablamos una conversación ''inocente''.
Ahora, nos encontrábamos nuevamente en el sofá acurrucados bebiendo vino tinto. Devon dijo que supo de la tormenta, no quise preguntar, pero estaba casi seguro que sus poderes tuvieron que ver en ese conocimiento.
-¿En qué piensas, pastelito?- Dio un beso en mi sien y continuó bebiendo vino.
-En lo mucho que te quiero.
-Se te olvida que puedo leer tu mente ¿no?
-Entonces o sé para qué preguntas.- Alargué la mano a la mesilla cercana y tomé un bombón de chocolate blanco. Otra cosa que no voy a preguntar de donde salió. Inesperadamente, tres dedos levantaron y apresaron mi mentón, y mordió el chocolate. Dios, no quería parar. ¿Cómo llegamos a esto por un simple bombón?
Sin soltar mi mentón, su lengua se introdujo en mi boca intentando robar más del sabor. Me giré para quedar sobre Devon entre sus piernas, el sofá era estrecho para ambos, pero eso no nos limitaba, nos hacía estar más pegados. Gateé un poco hasta sentarme sobre su regazo sin dejar de besarnos. Las copas desaparecieron de nuestras manos en algún momento, al igual que nuestras ropas. Devon llevó sus labios desde mi oreja la cual mordisqueó, hacia un costado de mi cuello. Sus besos y lengua recorrieron mi hombro y dejaron marcas en mi clavícula.
-Devil. - Mi voz salió más débil de lo que hubiese querido. Sonó más a un gemido necesitado. Hizo un sonido con su garganta en señal de que me estaba escuchando, pero su boca no se despegaba de mi piel. -Hazme tuyo.
-Ya eres mío, pastelito.
Apoyé mis manos en su pecho, bajos mis dedos, sus músculos sudados eran seda caliente. -Me refiero a que me muerdas.
-Oh, ¿eso es un nuevo fetiche?- Golpeé juguetonamente. Tomó mano y beso mis nudillos sin desviar su púrpura la mirada de mis ojos. -No necesitamos esto para saber que nos pertenecemos el uno al otro. Tú eres mío sin un vínculo de sangre.
-¿Y si yo lo quisiera? Dijiste que me darías lo que pidiese siempre. ¿No.... no puedes darme esto? ¿No quieres?
-¡Claro que quiero! Pero más me interesas tú. Te amo, y no quiero que te arrepientas. Esto es para siempre.
Tomé sus mejillas entre mis manos y besé sus labios delineándolos con la lengua varias veces. -Entonces, quiero que seas mi posesión eterna.
-Me vas a matar, pastelito.
No sé cuándo, pero una de sus manos estaba sujetando mi cintura halándome hacia él. Tomé su mano libre, la que tenía su brazalete ''te amo AD''; la acerqué a mis labios y besé el dorso de la misma. Mi sonrisa se amplió al ver sus ojos tornados púrpura intenso y abiertos ante la sorpresa. Fuera estereotipos, el que yo sea más de estar abajo no quita que pueda ser masculino y cortejar de la misma forma a mi... hombre... vampiro.
Esto era real, él y yo éramos reales. Nada era mejor que esto. Y nuevamente, mis pensamientos estaban sobre mi ropa, de veras había caído al suelo, no sé si mágicamente o solo estaba tan metido en nuestra pasión y no lo noté. Levanté la mirada, él solo sonreía amplio y yo, sonrojado. Tardó poco en prepararme, en la mesilla había una pequeña bolsita con lubricantes, no hacía falta el látex entre nosotros, los vampiros no transmitían ni captaban enfermedades. Lo agradecí, ahora solo necesitaba sentirlo en mí.
Iba a recostarme en el sofá, pero sus manos se ciñeron perfectamente a mis caderas y me mantuvieron allí. Oh, esto daba pena y a la vez no. De solo pensar que yo estaría montándolo, mis piernas ya temblaban de anticipación.
-¿Listo?- Preguntó con la esperanza evidente de que mi respuesta no fuese negativa.
-Para ti, siempre.- Poco a poco, sin prisas, fue entrando en mí. Un viaje al cosmos era este momento, nunca mejor descrito y nunca más acertado.
Movimientos frenéticos nos conducían al abismo del deseo. Las respiraciones fuertes, nuestros gemidos ahogados en la boca del otro y los estruendosos choques de nuestras pieles rozando, era lo que se escuchaba resonar en las paredes. Los choques se hacían más fuertes cuando nuestra temperatura se elevaba un grado más.
El hambre se volvió voraz. El sentimiento pasó a más profundo. Las respiraciones eran más intensas.... Nada en la Tierra nos haría detenernos, ninguno quería. solo pensábamos en consumirnos.
Sus manos ayudaron a mi cuerpo a estremecerse y reemplazar el dolor con lujuria y placer. Lo conseguía con tan poco que daba miedo. Si alguna vez tuviese que separarme de él. Haría de todo porque eso no ocurriese.
Ladeé la cabeza. En modo automático, mis manos atrajeron su cara a mi cuello mientras me movía. Sé que él lo quiere tanto o más que yo. Nos necesitamos para vivir.
Sus colmillos afilados descendieron y rasparon mi carne, grité. ¿Cómo no? Dolía en el alma y quemaba como el infierno, pero es lo que elegí. Elegí a Devon. Sentí que me succionaba y que su orgasmo rompía en mi trasero, eso me llevó al límite también. Jadeamos, pero aún se mantenía mordiéndome. Era excitante, sí, mi nuevo fetiche. De reojo lo miré, sus ojos estaban sobre mí, había preocupación desmedida. Sonreí.
Pronto me invadió un temblor, mi interior parecía estar siendo modificado. Devon dejó de morderme y me rodeó con sus brazos tan fuerte que me costaba respirar. -Está bien, pastelito, todo estará bien. Tu solo duerme en mis brazos. - Susurró como hechizo en mi oído. Mis párpados pesaron y todo se volvió oscuro, poco a poco caí en la inconsciencia.

Llegó la tarde del siguiente día. Desperté en la cama siendo acariciado y besado. Me removí inconsciente hasta lograr abrazarlo. solo reíamos, era otra galaxia esa esencia. Besó mis labios con calma. Otra vergüenza que añadir a la lista, no me he lavado los dientes siquiera, pero a Devon pareció no importarle porque el beso fue escalando niveles.
-Devil...
-Buenos días, pastelito.- Siguió repartiendo besos por doquier.
-Devil espera, tengo que bañarme.- Dije tapando mi boca con mis manos.
-¿Tienes pena ahora?- Negué, no quería ni hablar. -Si no me dejas besarte... entonces que así sea.
-¿Qué haces? AH. - Gemí cuando se colocó sobre mí, sus dorados cabellos cayeron en mi cara haciéndome cosquillas y lo sentí hurgar sin aviso en mi interior con su miembro. Esto de ser neófito no es tan bueno. Si antes lo deseaba, ahora ya no tiene remedio.
... Horas después de intentar detener a Devon y fallando cada vez catastróficamente. Devon confesó haber manipulado un poco el tiempo. Su mentira era por alguna razón que desconozco pero que tenía la sensación de descubrir pronto. La supuesta tormenta pasó y salimos a caminar. Claro que me abrigó hasta el pelo, gorro, guantes, abrigo, bufanda. Cuando salimos entendí el porqué, la temperatura estaba por debajo de menos tres grados y nevaba. La vista era maravilla pura, el Sol del atardecer cayendo contra el hielo y las familias paseando.
Llegamos a la ciudad más cercana en helicóptero. Me pregunto si los cuidadores de Devon como me gusta llamarlos, tienen vacaciones. Había una especie de festival de luces en la fortaleza donde estábamos. Era hermoso, una linterna en forma de dragón colorido, pandas y pingüinos gigantes atraían a todos los que pasaban por allí. No dudo que fuese un espectáculo anunciado para atraer turistas. La música agradable y un ambiente alegre. Pasamos unas horas así, disfrutando del festival. Rodeados pero en nuestra propia burbuja.
De un momento a otro caían copos de nieve como una lluvia. Devon y yo nos besamos sin importar cuántas personas estuviesen a nuestro alrededor. Era una especie de beso bajo la lluvia. -Feliz cumpleaños, pastelito.
-Gracias, Devil.
-Falta tu regalo. Ven.- Tiró de mi mano, pero lo frené.
-Espera, Dev. No me hace falta nada material. Eres el mejor regalo.
-Lo sé.- Sonrió.
-Engreído. Vamos, ahora sí quiero mi regalo.
Volvimos a nuestra cabaña. Miré curioso alrededor. No estaban los guardaespaldas. Respiré aliviado. Me daba pena solo de pensar que ellos podrían estar cerca cuando íbamos a la cama. Devon me detuvo frente a los árboles secos y congelados frente a la cabaña.
-Esta es una extensión del festival. Pedí que lo hicieran expresamente para ti. - Encendió un interruptor y luces aparecieron en los árboles. Mis ojos no creían haber visto algo más hermoso. Devon, bajo unos árboles gélidos con luces. EL mismo cosmos en persona. Me lancé a correr hasta saltar y caer en sus brazos. Aún no me adaptaba a esto de los súper sentidos cuando me movía, pero Devon inhibía un poco la sed y los impulsos.
-Te amo tanto. - Dijo entre besos. Ambos reímos como dos adolescentes de quince.
-¿Por la eternidad?
Asintió. -Por nuestra eternidad.



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[Glosario]

Arónica* Vino orgánico de Polonia.

Bíos* Antigua receta polaca con ciruelas secas y vino.

El festival que se refiere es* El Festival de las Luces Chinas en la Fortaleza de Varsovia, Polonia. Dicho festival se realizó el 29 de noviembre del 2019 en el lugar descrito. Claro que está modificada cierta parte.

La autora tiene que decir: Aww, díganme que no está tan mal....

Proximamente: Un vampiro domina a su ¿ Alfa?


<Créditos de imágen a quien corresponda.>

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La autora tiene que decir: Aww, díganme que no está tan mal.... T_T

Proximamente: Vampiro domina a ¿su Alfa?

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