Capítulo 《19》

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Prem POV

-Preguntaré una última vez, Prem, ¿cómo lo sabes? -Preguntó serio, su voz tenía ese tono enojado que me excitaba tanto como miedo daba.

Intenté hacerme el desentendido y su enojo subió más y más, pasó su mano por el cabello tratando de no perder la calma. Fue bonito ver eso.

''No es bonito, imbécil, no quiero a mi alfa enojado, estamos en celo ¿recuerdas?''. Rodé los ojos internamente a la bestia. Lo único en lo que piensa es en satisfacción, bueno, yo me daré lo mismo a mi manera. Que sea omega marcado ahora no quita que siempre seré un desconectado al hablar.

-¿A qué te refieres? - Puse mi mejor cara inocente, aunque por dentro estaba riendo. Si se llegase a enterar de cómo lo sé me pregunto si su ego alfa lo desataría.

-¿Cómo me encontraste? - Fruncí las cejas ante su cambio de preguntas. -¿Cómo supiste dónde estaba?

-Bendito aquel que inventó ''San'' Google, que me avisa de los chismes de última hora.

Suspiró pesado, su aliento hizo cosquillas en mí.

-¿Cómo sabes que me gusta el frío y patinar descalzo? - Esto era, no me harás caer, no hoy.

-No lo sé. - Mentí. -Quizás sea esta cosa de la conexión de compañeros. Ya sabes, las parejas destinadas podrían desarrollar otros instintos. - Me miró incrédulo, está claro que no me creyó ni un comino de lo que dije, lo entiendo, yo tampoco me creí mi actuación.

Bajé las manos a su torso desnudo y comencé a recorrerlo de forma cautivadora. Pasé la punta de la lengua por sus labios y noté ese brillo dorado de sus ojos, oh, estaba desprendiendo estrellitas. -O tal vez, tengas que sacarme la verdad de otra forma. Después de todo tengo que ser el omega sufrido que espera a que su esposo lo castigue.

Sí, mi celo volvió a hablar por mí y no me quejé. Lo besé sin aviso, de forma impulsiva y primitiva, necesitaba que nuestras lenguas se enredaran y su olor, Dios mío, cuánto quería oler a él. Ese aroma masculino fresco y ardiente.

-Quiero hacer un desastre de ti constantemente. - Dijo separándome de él por el pelo, no tiró para que doliera aún así era sensual cuando me hablaba, su tono cayó tres tonos, se volvió ronco y excitado. Besó a lo largo de mi cuello y subió hasta la mandíbula dejando rastros de saliva por doquier. -Pero, se te ha olvidado quién es el alfa aquí, pequeño omega.

Ahí estaba, el hombre dominante que necesitaba en ese momento. Quería sexo, el amor ya estaba implicado entre nosotros, así que ahora solo quería bajar la fiebre que me provocaba el celo.

-Desafortunadamente. - Oh, no, no y no, me niego a dejar pasar el momento. -Ashy llegará en minutos y no pienso dejar que te vea en este estado, aunque sea tu padre, para mí sigue siendo un hombre más cuando se trata de mi compañero.

-No sabía que eras tan celoso, controlador y autoritario. - Reí.

-Yo me describo más como dominante.

Continué besándolo sin hacer caso a lo que decía y gruñó por eso. Fui aleatoriamente y descontrolado por todo su rostro. Mis manos cayeron al elástico de sus pantalones y rogué por que cediera, pero fue en vano. Tomó con una de sus grandes manos, las que quería sentir en mi cuerpo todo el día, mis muñecas y las sujetó tras mi espalda, con la otra mano pellizcó un pezón algo brusco, pero igual me incendió una vez más.

-Oh Dios mío. - Gemí instantáneamente. Eso, adherido a que su entrepierna estaba engrosándose, era el paraíso. Me acerqué más a su cintura, pero eso fue todo lo que me permitió. Restringido de manos creé fricción entre la tela de nuestra ropa. Gracioso fue verlo jadear mi nombre en advertencia vacía, estaba igual o peor que yo y me aproveché de ello.

Posesión EternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora