BANNERS - Someone To You
——————
No quiero morir o desvanecerme
Solo quiero ser alguien
Solo quiero ser alguien
En la frialdad de Exegol, después de haber cometido su más grande acto de amor al regresar a la vida a la luminosa chica de su corazón, no se sentía seguro de irse aún al campo ancestral que la Fuerza le ofrecía. No, él aún quería vivir.
—Ben, por favor... —se oía lejana, quería correr y alcanzarla. Pero ¿adónde?
Hundirme y desaparecer sin rastro alguno
Solo quiero ser alguien
Bueno, ¿qué no todos quieren serlo?
Quizá ya no podía reparar el daño que le causó a la galaxia entera. Quizá lo mejor era desaparecer y así nadie tendría que lidiar con él.
—Ben...
Sin embargo, cuando escuchaba su nombre susurrado por esos labios que hacía poco había probado, sus ganas de luchar contra la muerte aumentaban. Ella lo quería, lo necesitaba. Y él también.
Y si sientes la gran separación
Quiero ser a quien guíes
Porque creo que tú podrías liderar el camino
Cuánto tiempo deseó ser parte de algo, dejar atrás sus años de soledad y finalmente encontrar la familia a la que estaba destinada. Siempre esperó a las personas equivocadas, nunca vio más allá de ese planeta desértico en el que estaba cautiva.
Por ayudar a un droide, su vida cambió. Conoció lugares, amigos que pelearían a su lado sin dudar. Pero, lo más importante, descubrió el amor, tal vez en el momento menos indicado de una Guerra Galáctica.
Solo quiero ser algo para alguien, oh
Quiero ser algo para alguien, oh
Nunca tuve a nadie y ningún camino a casa
Sus apariencias en la Resistencia y en la Primera Orden los obligaron a rechazar a quien, en poco tiempo, había empezado a ser alguien esencial en sus vidas.
Ella sí quería tomar su mano y él sí estaba dispuesto a abrazar la Luz con tal de que los dos estuvieran juntos durante la eternidad. Lástima que, así como la Fuerza los unió, también los separó.
Y si el Sol empieza a ponerse y el cielo se torna helado
Luego si las nubes se ponen pesadas y empiezan a caer
Fue repentino aquella vez que la conexión se estableció, en la que ambos se sentían derrotados y desdichados por lo que les había tocado vivir.
Esa noche, ninguno dijo nada, solo se miraron largo tiempo hasta que Ben decidió hablar.
—¿Estás feliz ahora? A la Resistencia cada día le va peor —su tono salió ácido, tratando de algún modo contagiarle su malhumor.
—Al parecer alguien despertó con el pie izquierdo —se burló.