𝐎𝐜𝐡𝐨

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Cuando el auto se detuvo, el corazón casi se le salió del pecho.

Kihyun estaba amarrado con los ojos vendados. Esos secuestradores habían manejado luego de dejarlo dentro del auto, en una cajuela amordazado y asustado mientras el jefe les daba indicaciones de que hacer con él.

Pasó las últimas horas con los ojos irritados de tanto llorar y y la bolsa en su cabeza impidiéndole respirar como necesitaba.

Había terminó todo ¿no?

Kihyun pudo ver como toda su vida hubiese cambiado para bien si jamás se hubiera ido de Boston y hubiera iniciado su proyectos con sus amigos directamente después de la titulación. Se hubiera mantenido en un hogar cálido o pequeño y saldría a andar en bicicleta como solo a un antropólogo solitario le gustaba ir por las calles aglomeradas del centro.

Kihyun era muy feliz.

Kihyun pudo haber tenido una buena vida ¿no?

Pero lo arrastró todo aquí por querer ser aventurero y eso estaba apunto de cobrar factura.

Había tenido tantas advertencias que su obstinada alma le obligó a evadir, con sus palabras de "llegará pronto lo bueno" "Espera un poco más" "Esfuérzate un poco más"

Incluso su familia le había aconsejado que se regresara a su país y él no los escuchó.

Kihyun tenía un ángel guardian a toda hora. ¿Dónde estaba su ángel guardian ahora?

Un hombre levantó a Kihyun del asiento del pasajero y lo llevó por un camino de piedra. El sonido de hojas y susurro del viento, un búho ululando resumía que eran pasadas de horas decentes y que el cielo debía estar oscuro, el suelo estaba en empinada. El auto había rugido cuando el motor se esforzó por seguir subiendolos hasta el lugar más apartado posible.

Él sería desaparecido de este mundo aquí.

Y nadie se llegaría a dar cuenta.

Una mano gruesa lo empujó hacia el suelo y allí estaba, arrodillado igual al hombre al que vio y por eso inició todo este problema.

Su mala suerte había ganado y Kihyun podía contar los segundos, sin amor, reconocimientos, sin su ángel guardián y con el corazón hecho pedazos y vueltos a unir. Asustado, mortificado, con una bolsa de basura en la cabeza y lágrimas humedecido su rostros desde la mañana.

Debía verse horrible pero ¿a quién le importa eso? Esos hombres no estaba por hacerlo ver bonito mientras lo enterraban en un hoyo profundo.

Unas pisadas se oyeron venir de un carro estacionado segundos antes de que se aparcara el auto en donde lo habían traído.

El silencio entre los secuestradores era aterrador, él mismo no tenía las fuerzas de gritar por golpes que había recibido cada vez que hacía algo por llamar la atención de algún extraño hablando a lo lejos del camino.

Sus piernas dolían un poco y rogaba porque fuera todo.

Que solo sacaran el revolver y terminarán rápido. No podria resistir, no tenia la fuerza ni si quiera para imaginar.

Sálvame, sálvame, sálvame.

Dice su mente mientras las pisadas se posicionan frente a Kihyun y el sonido de algo desenvolviéndose llamó su atención.

Un chasquido, un cargador y arma vuelto a cerrar.

— Lamento tanto que las cosas se dieran de este modo, Ki — Dijo el hombre frente a Kihyun y sus oídos se congelaron.

Perfecto Policía [ ShowKi ]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora