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Hermione...Ya habían pasado algunos días desde que ví a aquella chica, era ilógico lo que pasaba, no entendía, ya no veía más a Edmund, me había resignado a seguir con mi vida y ser feliz a lado de alguien real ~real en mi mundo~.
Había recordado un hechizo para poder salir, sin embargo, estaba tan cansada, desnutrido y algo deshidratada que mi mente no tenía la fuerza suficiente para poder llevar acabo aquel truco de salida, ya no quería más, solo pensaba en lo que podría estar pasando con Harry, Draco, Ron y todas las personas que sabía me querían.
Así pasó gran parte del tiempo, hasta que logré escuchar entre sueños un ruido, lo que parecían o bien lo que eran ser pasos, suponía sería la psicópata o su padre loco.- Bella dama, no quiero que pienses somos malos anfitriones, te he traído algo de pan y agua, tampoco es que quiera matarte, ¿Sabes? - Dijo con tono de burla - Bueno... No tan pronto, de algo me servirás aquí - Me acero una bandeja de plata con un pedazo de pan con queso y una copa de agua.
Solo lo observé e inmediatamente me abalance hacia la comida, pues tenía un rato sin probar un solo bocado.
- ¡Vaya!, brujita, si que estás hambrienta, ni a mis animales los tengo como a ti, bueno... Digamos que ellos si les tengo algo de afecto - soltó una carcajada mientras me observaba detenidamente cómo probaba bocado.
-
No entiendo que es lo que necesitan, solo me iré y le aseguro que en mi vida volveré a cruzar mirada, ni respirar el mismo aire que Edmund - Conteste mientras me metía un trozo de pan a la boca.
- Lo sé, se que cumplirás tu palabra, así que te tengo... Una propuesta... ¿aceptas? - me observo con una mirada que reflejaba maldad.
- De acuerdo... Lo escucho - dije algo agobiada y cansada.
- Bien... Tu me devuelves a las hermanitas de los reyes y yo... A cambio te doy tu libertad - suspiro, sin quitarme la mirada de encima.
- ¡No!, no puedo hacer eso, no es mi decisión es solo que es asunto de... - hice una pausa para pensar mejor mis palabras.- Es que yo no puedo intervenir ahí, soy solo una alumna ellas ni siquiera se dónde están ni con quién - dije con algo de preocupación y desesperación.
- No eres muy buena mintiendo, querida - levanto una ceja mientras me observaba sospechando algo.
- ¡No! Es solo que... - suspiré y dejé caerme rindiendome ante lo que me pidiera.
- Se muy bien que estuviste con ellas, si quieres estar tranquila e irte, sin que yo intervenga más en tu vida, ni mucho menos te tenga presa, ese es mi precio - se acercaba cada vez más a la celda.
Por instinto me hice hacia atrás, realmente estaba aterrada, abrió la celda y entro en ella. Se acercó a mi, acariciaba mi mejilla y cabello con su mano, por un momento pensé en escupirle, pero hice algo que jamás se me habría ocurrido, si no fuera por las ganas de querer probar nuevamente mi libertad.
- Si, estuve con ellas, pero es que... Están tan... Vigiladas, que yo no puedo hacer mucho - le sonreía mientras acariciaba su mejilla y me acercaba lentamente a su rostro.
- Se- señorita, eres alguien inteligente se que podrás hacer algo ¿No es así? - susurraba mientras acercaba sus labios a mi cuello.
- Claro... Tal vez pueda ayudarte un poco con eso, cariño - bajaba lentamente mis manos a su cadera, esperando encontrar mi varita, pues sabía el la tenía en uno de los bolsos de su capa.
Lleve mis labios a los suyos, esperando ganar tiempo para poder buscar rápidamente en sus bolsillos, y para mí suerte ahí estaba, la saqué lentamente mientras acariciaba con mi otra mano su cuello.
Me producía asco el besarlo, pero era eso o seguir encerrada en esta maldita celda.
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𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐟𝐮𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐭𝐮́.
Fanfiction𝐷𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑏𝑎𝑡𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑉𝑜𝑙𝑑𝑒𝑚𝑜𝑟𝑡, 𝑒𝑙 𝑡𝑟𝑖́𝑜 𝑑𝑒 𝑜𝑟𝑜 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒 𝑎 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜 𝑎𝑛̃𝑜, 𝑠𝑖𝑛 𝑒𝑚𝑏𝑎𝑟𝑔𝑜 𝐻𝑒𝑟𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎�...