Llegamos al faro, baje del caballo y me quedé un rato contemplando la vista, los árboles, el sonido de las aves, sintiendo el viento rozar mi rostro.
- Her... - dijo Peter algo tímido. - Hermione, lamento mucho todo lo ocurrido entre nosotros, solo que... - agachó la cabeza.
- Lo sé, ahora lo entiendo, no hay rencores te lo prometo - le sonreí y le di un beso en la mejilla.
- Cuento contigo, ya hablaré con Caspian y sus tropas, nos vemos mañana - Me sonrió y me mostró el camino con su mano.
Solo asentí, le devolví la sonrisa y me adentre entre los arboles y arbustos, la puerta estaba atascada, me costó trabajo abrirla, entonces empuje demasiado fuerte y caí al piso, no estaba en la sala de los menesteres, si no en la oficina de Dumbledore, ya estaba obscuro, no sé encontraba nadie, cerré nuevamente con cuidado la puerta del armario y me encaminaba hacia la salida, cuando escuché de entre la oscuridad casi hacia el escritorio de Dumbledore cómo alguien hizo un sonido cuando raspa la garganta antes de hablar.
- Buenas noches, señorita Granger - escuché una voz tranquila, era la de Dumbledore.
- Se- Señor, buenas noches - me quedé inmóvil, no sabía que hacer o que decir.
- ¿Así que todo esté tiempo usted estuvo metida en ese armario? - señalo las puertas del mueble.
- Sí, señor - solo asentí y me quede mirándolo directamente a los ojos.
- Creo la próxima vez, sería grato que avisará dónde está, solo por este acto de rebeldía, lo cual me sorprende mucho, 50 puntos menos para Gryffindor. - dijo con un tono algo decepcionado. - Bien señorita Granger, será mejor que vaya a su sala común... Este artefacto se quedará aquí bajo estricta vigilancia, y cuando devolvamos a las chicas, será destruido. -
- Pero... - no dije nada y solo me encamine a la salida, sin antes verlo y decir "buenas noches, señor".
Al cerrar la puerta de la oficina del director pensaba sobre cuánto tiempo había estado desaparecida, suponía un o dos días, no era mucho pero me resultaba extraña la tranquilidad como lo tomo Dumbledore, supongo sospechaba estaba ahí, tal vez por Hagrid, Ron y Harry.
Me encontraba frente al cuadro de la señora gorda, estaba por decir la contraseña cuando escuché pasos detrás de mi, al inicio me invadió un miedo ya que me recordó a la noche que había desaparecido de Hogwarts, voltee apuntando con la varita, está vez no me dejaría sorprender, aunque sería difícil por qué el armario estaba bajo el cuidado del mismo Dumbledore; ví la silueta de un joven rubio y alto, se encaminaba hacia mi corriendo, extendió los brazos y sentí su cálida temperatura, era Draco Malfoy.
- ¿Dónde habías estado todo este tiempo?, Nos tenías muy preocupados a todos - me agarró de los hombros con ambas manos.
- Te lo contaré, pero antes necesito reunirlos a ti, Ron, Harry, Luna... - suspiré algo desconcertada.
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𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐟𝐮𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐭𝐮́.
Fanfiction𝐷𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑏𝑎𝑡𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑉𝑜𝑙𝑑𝑒𝑚𝑜𝑟𝑡, 𝑒𝑙 𝑡𝑟𝑖́𝑜 𝑑𝑒 𝑜𝑟𝑜 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒 𝑎 𝐻𝑜𝑔𝑤𝑎𝑟𝑡𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜 𝑎𝑛̃𝑜, 𝑠𝑖𝑛 𝑒𝑚𝑏𝑎𝑟𝑔𝑜 𝐻𝑒𝑟𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎�...