El renacer de un cazador. (Bnha x Lector)

Capítulo 1: Renaciendo

???: ¿Así que esto es el más allá? ¿Acá pasaré el resto de mi miserable existencia? Vaya decepción. Bueno al menos podré descansar en paz.

Observó con detenimiento el terreno en el que se encontraba: parecía ser una enorme zona frondosa, rodeada de una niebla, la cual daba una imagen mística y primigenia al lugar.

En ese momento el cazador se dispuso a descansar y meditar sobre lo acontecido, este no pudo evitar preocuparse por el destino de su amada Hinoa y el de su tierra natal. Aunque le costase admitirlo realmente se sentía vacío y solo sin la compañía de su leal camarada, dejándole así un sentimiento de debilidad, y eso es algo que en verdad despreciaba: su propia debilidad.

Mientras estaba meditando, se percato de que no se encontraba solo, pues notaba la presencia de algo o alguien, por lo que sin más preámbulos se dispuso a desenvainar la empuñadura rota de lo que en su momento fue su arma, preparado para defenderse del atacante, el cazador se mantuvo firme y decidido.

???: Mas te vale salir ahora mismo, o de lo contrario me aseguraré de liquidarte de forma permanente.

En ese momento, de la espesa niebla surgió la figura de un anciano, ambos se quedaron mirándose entre sí, sin decir ninguna palabra.

Anciano: Mmmmmm, al parecer no mentían sobre tu llegada.

???:¿A quienes te refieres?

Anciano: Eso no importa, acompañame y charlemos en un lugar más tranquilo joven Kasuya.

El cazador estaba confundido, estaba seguro que nadie sabía su auténtico nombre, ni siquiera Hinoa, la única persona que realmente le comprendía y le amaba.

Kasuya: Hacia años que nadie me llamaba así. ¿Como sabes quién soy?

Anciano: Jejeje se más de ti de lo que tú crees hijo. Tendrás las respuestas su debido tiempo, pero por ahora vayamos a un lugar más acogedor y te contestare todas las preguntas que desees. ¿Te parece?

Kasuya inseguro de la propuesta del anciano, tuvo que aceptarla a regañadientes, ya que en verdad quería saber que estaba pasando, aunque eso suponga caer en una trampa.

Kasuya: De acuerdo, le seguiré por ahora. Pero te lo advierto si intentas atacarme, le aseguro que no vivirá para contarlo.
¿Lo ha entendido?

Anciano: Vaya actitud la tuya, pero no te preocupes no te haré ningún daño, te lo prometo.

Ambos marcharon a paso lento por un pequeño sendero, en todo lo que llevaban de camino ninguno de los dos intercambiaron palabras , estaban en total silencio, pero eso era algo que poco les importaba a ambos.
Siguieron caminando por 5 horas, hasta que finalmente llegaron a una pequeño pero acogedor santuario, el cual a pesar de haber sido castigado por el tiempo, este conservaba un aire sagrado y a la vez antiguo.

Anciano: Entra, como si estuvieses en tu hogar.

Kasuya: Con su permiso.

Una vez adentro, ambos se acomodaron y se observaron entre si por unos momentos, sin decir ninguna palabra.

Anciano: Adelante pregunta lo que quieras.

Kasuya: De acuerdo. ¿Donde me encuentro exactamente?

Anciano: Te encuentras en el Intermedio, una enorme zona boscosa rodeado por las aguas eternas de un enorme río que separa a los muertos de los vivos. Los muertos discurren por el río desde la orilla del mundo de los vivos, pero aquellos que tengan asuntos pendientes jamas dejan el Intermedio.

Kasuya: Ya veo, pero eso no explica el porque me encuentro en este lugar, ya que cuando morí, ya habia aceptado totalmente mi destino.

Anciano: Lo se, por eso mismo te he invocado a este lugar joven Kasuya, te he observado desde principio a fin, desde tus años mozos hasta convertirte en lo que ya eres. He visto todo lo que has hecho, todos tus actos y sacrificios. Y por ello serás recompensado.