CAPITULO V LAS MARCAS DEL PASADO

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Trent

El tener que oír a esas bestias al momento de ser devoradas me hacían temer porque yo fuera él siguiente.

Estaba a solo cinco metros una carnicería y no sabía quién iba ganando ni a qué bando apoyar porque ambos tenían el objetivo de capturarme; diferencia los raptores querían devorarme los aborígenes tenía orden de llevarme con Clint.

Había demasiados rugidos, golpes y gritos que me hacían imposible el intentar ignorarlos.

¡Trent!.

—¿Qué?

¡Tienes que calmarte!¡Estas emitiendo demasiada tensión!

—¿Hablas enserio?

Es necesario que te relajes.

—¡No puedo hacerlo! ¡estoy debajo de una masacre y temo ser el próximo!

Tú elegiste estar en ese lugar.

—¡Así es!

¿Por qué?

—Es el único sitio seguro que conozco.

Y dejara de serlo si no te calmas. De lo contrario empezaras a emitir feromonas.

Le era tan fácil decírmelo.

Cero podía sentir lo que mi cuerpo emitiera sin tener que enfrentarse a lo que yo debía.

Pero tenía razón.

Si emito feromonas entonces mi ubicación será delatada.

¡Tenía que calmarme!

¡Pero no sabía cómo hacerlo!

Estaba sobre una masacre pero también en el árbol donde Lex y yo tuvimos nuestra primera vez.

¡Eso me hacía pensar en ella!

¡Y lo que le estaría pasando por culpa del idiota de Doce!

¡Trent! ¡No pienses en Lex!

—¿Cómo sabes que estaba pensando en ella?

El sabor de tú miedo me lo dice.

—¿Cómo que el sabor? ¿Acaso tú...?

¡Sí!. Trent. Puedo "saborear las emociones", sí así lo quieres llamar.

—¿Cómo puedes hacer eso?

Es una habilidad que tengo y créeme tus miedos no saben a "fresas".

—¿Entonces a qué sabe?

Nostalgia.

Cada vez que piensas en Lex combinas la tristeza de no tenerla con el temor a perderla.

Eso crea un vacio que conduce al miedo.

—¿Hablas enserio?

Nunca miento sobre esto.

Las emociones humanas pueden ser más peligrosas de lo que uno piensa.

—No puedo creer que seas capaz de hacer eso y Scott no me dijera.

A mí tampoco me habló de tu habilidad para dibujar con tus sueños.

—Pues creo que hoy es el día de contarnos nuestros secretos —Jugar a con el sarcasmo no era la mejor idea para relajarme, pero podía ser un comienzo.

En un principio hablamos sobre lo que recordamos antes de ser sentenciados, o al menos lo que nos permitían recordar; a Cero le era difícil hablar sobre esos temas porque le traían recuerdos sobre cómo fue lo que sintió en el momento exacto que La Zona le arrebató su cuerpo.

EXPERIMENTOS Proyecto Revelación Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora