CAPITULO XVII PESADILLA

6 1 0
                                    

Kai

Holly estaba tiesa, como una estatua; sus ojos no se movían, su piel se tornó gris y comenzó a derretirse, como sí fuese cera. Esa delicada piel que toqué ahora era un líquido plateado que se esparcía sobre el césped, como una viscosa sustancia que al tocarla me sentí confundido.

¡Esa cosa no podía ser Holly!

¡Ella es un ser humano!

Ver la sustancia esparciéndose sobre el pasto me dejó como un niño aterrado al no saber sí estaba en la realidad. Hacía solo unos minutos me encontraba con la chica que amaba contemplando el hermoso cielo azul, que ahora estaba siendo envuelto por nubes negras, y dentro de un pradera que sufrió alteraciones; árboles comenzaron a brotar entre el pasto, al igual que montañas, arbustos, el camino ahora era un extenso campo abierto y otra vez estaba usando mi uniforme de supervivencia.

¡Había vuelto a la Jungla!

Estaba en el camino que conecta con El Lago de la Rosa. Un romántico sitio que ahora lucía diferente debido a que los árboles alcanzaron el triple de su tamaño, la distancia ahora era más extensa, como sí alguien lo hubiese agrandado, y...,

GRRRGGGHHH—... no estaba solo.

Imaginé que el rugido podría pertenecer a un T-Rex, más en cuanto ví diversas aves volando alrededor del cielo como también animales corriendo despavoridos; monos, ardillas, zorros, entre muchas otras criaturas que huían asustadas ante un grupo de depredadores que al verlos me hacían preferir a los T-Rex.

Por lo menos ellos no tienen...

—¡Ahhhh! —...alas.

¡Pterodáctilos!

Bestias capaces de volar a gran velocidad entre árboles, campos, riscos y capturar a una presa de mi tamaño en cuestión de segundos. Trent nos advirtió que esas criaturas no eran bestias regeneradas sino híbridas; una combinación entre diversos tipos de ADN que les dan las habilidades de otros animales, como poseer púas, fuerza descomunal o la capacidad de respirar bajo el agua.

La Zona experimentó con esas cosas debido a que quería crear un nuevo nivel en los híbridos. Uno donde pudieran colocar elementos especiales en su ADN, como la habilidad de regenerarse, es por esa razón nunca cenamos carne de pterodáctilo.

Esos monstruos son demasiado rápidos, algunos eran capaces de escupir fuego o ácido y solo pueden morir por causas naturales; Trent nos dijo que los pterodáctilos son lo más cercano a lo que La Zona logró al intentar crear dragones y sí soy sincero sospecho que los enviaron a La Jungla para eliminar de las especies insignificantes.

Varios animales murieron siendo calcinados al ritmo que otros fueron capturados al momento que corría al único lugar seguro.

La cascada.

Los pterodáctilos poseían la habilidad de respirar bajo el agua y de recorrer caminos entre cuevas o túneles siempre que no fuesen espacios cerrados como lo era el rincón entre las cascadas y rocas.

Corrí entre el prado sin gritar

Esas bestias tenían oídos muy sensibles y la fuerza necesaria para sujetar a alguien de 100 kilos con sus garras...

—¡Ahhh! —... como fue mi caso. 

EXPERIMENTOS Proyecto Revelación Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora