Tenía esa extraña sensación de miedo y adrenalina combinada.
No podía quitarle los ojos de encima pues todavía no podía creer lo que había hecho.
Y la escena no podía ser más extraña, tan sólo se escuchaba el ruido del viento golpeando las palmeras, casi no pasaban turistas y yo estaba frente a la casa de Lalisa.
Con un auto robado.
-Maldita seas Sana -dije en voz baja mirando al vehículo desde mi posición, frente a la puerta de los Manoban.
Ya había tocado la puerta por lo que no me sorprendió demasiado cuando esta se abrió, mostrando a un hombre grande de rostro amable.
-Buenas tardes señor...
-Marco, dime Marco -fui interrumpida por un alegre apretón de manos- Tu debes ser la musa de Lalisa.
Mis ojos se abrieron como platos al escuchar aquello y sentí perfectamente como toda la sangre de mi cuerpo subía a mi rostro.
-Se llama Roseanne papá -una conocida y hermosa voz se escuchó al fondo del pasillo, en mi interior suspiré con alivio.
-Pero si siempre dices que ella es tu musa Lalisa -dijo el hombre con el mismo tono de inocencia que Lalisa solía usar.
-Sí... Pero se supone que ella no debía saberlo -masculló una sonrojada Lalisa, no pude detener la sonrisa que apareció en mis rostro.
-Oh... Bueno... Creo que tu madre me llama -no era cierto- Gusto conocerte Roseanne no-musa de mi hija.
-¡Papá! -reí al ver su reacción.
-El gusto ha sido todo mío sue...Señor Manoban.
-Marco, Roseanne -dijo bastante serio pero al ver la preocupación en mi rostro inmediatamente sonrió.
-La cocina te llama Marco -dijo Lalisa impaciente.
-¡Para ti soy "papá" jovencita! -gritó mientras entraba a la que supuse era la cocina, Lalisa rodó los ojos con diversión.
-Tiene un padre muy agradable señorita Manoban -musité y me acerqué a ella, rocé mis labios a los suyos y la sentí sonreír.
-Mhmm -asintió envolviendo mi cintura con sus brazos- Feliz mes Chaeng.
Me acercó a su cuerpo volviendo a besarme, de manera más profunda esta vez. La lengua de Lalisa no tardó en hacerse presente, mandando esa sensación adictiva que me hacía perder el control.
Chupé su labio inferior y luego ella tomó el mío entre sus dientes, haciéndome temblar ligeramente.
Me separé bruscamente al recordar el lugar en que estábamos.
-¡Chaeng! Se estaba poniendo interesante... -una de las manos de Lalisa de deslizó hacia abajo hasta agarrar mi trasero.
-Estamos frente a la puerta de tu casa Lisa -casi gruñí, la mano de Lalisa no me ponía las cosas fáciles.
- Excelente observación...
-Señorita Sarcasmo... -retiré su curiosa mano de mi retaguardia y la vi hacer un puchero- Su coche la espera.
Sujeté la mano de Lalisa como en aquellas películas donde el conductor del carruaje ayuda a bajar a la princesa. Abrí la puerta del conductor y la ayudé a subir, a pesar de que ella pudiera hacerlo sola.
Di la vuelta al coche hasta llegar a mi lugar y saqué la llave maestra que Sana me había dado.
Me coloqué el cinturón y encendí el vehículo, el motor rugió y empezamos a movernos.
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COLORS (Chaelisa)
Fiksi PenggemarExisten historias de amor de todo tipo, desde las romantizadas en donde son felices para siempre, hasta las trágicas romantizadas como Romeo y Julieta, unas de amor a primera vista, otras en donde se conocen de toda la vida y cuando se están por per...