CAPITULO 39

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Oficialmente estaba terminando mi segundo año de carrera.

Para muchos aquello significaba que habían logrado avanzar la mitad de sus estudios, o poco menos de estos.

Lograr llegar hasta ese punto otorgaba una especie de calma y esperanza sobre lo que vendría en el futuro.

Si bien mi caso no era del todo confortable, era casi tan importante como para cualquiera.

Que mi segundo año en medicina estuviera por acabar implicaba que ya había recorrido un tercio de mis ciclos, además de que estaba a tan sólo un semestre de finalizar mi período biomédico.

Luego de eso, empezaría el verdadero reto: el ciclo clínico.

Estaba más que emocionada por esos pensamientos y ahora que por fin había regresado con Lalisa, podía asegurar que estaba en uno de los mejores momentos de mi vida.

-No sé en qué momento olvidé la parte de diseño en el nombre de mi carrera -se quejó Jisoo como por cuarta vez desde que habíamos llegado al comedor de la universidad.

-Y yo no sé de qué te quejas -establecí luego de rodar los ojos, Jisoo hizo un puchero y revolvió de nuevo su comida- Dibujas malditamente bien, Kim Jisoo, y antes lo hacías muy seguido...

-Eso fue antes de mi encuentro espiritual con la magnífica K50 -prácticamente le brillaron los ojos.

- ¿Ese no es un fusil de asalto? -intervino Ryujin, me sorprendí que la palabra "fusil" saliera de su boca, yo creía que las únicas armas que conocía eran la oración y el agua bendita.

-Subfusil K50M -corrigió Jennie, Jisoo y yo la observamos perplejas- ¿Qué? Viví en Nueva Zelanda hasta mi adolescencia.

-Además -intervino Lalisa, con el tono más casual de la tierra- Ese fue uno de los regalos que le hizo Ronald Reagan a Margaret Thatcher... Lo escuché en uno de sus tantos documentales...

Jennie asintió dándole la razón y Ryujin sólo elevó las cejas en señal de que no sabía aquello.

Luego silencio.

-Yo estaba hablando de una cámara, Pentax K50... -dijo Jisoo finalmente en voz baja- No sé qué me da más miedo... Que tú -señalando a Jennie- y el Trasero Blanco sepan todas esas cosas o que Ryujin haya dicho "fusil" y "asalto" en una misma oración.

- ¿No te estabas quejando de algo, Kim? -recordó Jennie con una risita.

Tenían que darle cuerda a la peculiar coreana.

Las quejas de mi mejor amiga estaban fundamentadas en la noticia que le había dado una de sus profesoras en la mañana. Como siempre, en las últimas semanas de cada semestre, los profesores solían preparar a sus estudiantes sobre lo que vendría luego. Así, la mujer prácticamente informó que las cámaras fotográficas tomarían un largo descanso en sus cajones, pues para el quinto semestre se dedicarían de lleno a la edición de imágenes y vídeos, como al dibujo y al diseño artístico.

No suena nada mal, pero escucharlo con los quejidos de Jisoo lo hace parecer una profecía apocalíptica.

No fue hasta que nuestra peli negra amiga Irene llegó con su desbordante alegría, que Jisoo cambió de tema.

Irene se había reincorporado a nuestro círculo social los últimos meses de ese semestre. Ella había dejado de ser una aspirante obligada de medicina y se había convertido en la más prometedora futura periodista de toda su facultad.

Tenía carisma, era respetuosa y su ingenuidad resultaba divertida para el tipo de rama en la que más destacaba.

Periodismo de farándula.

COLORS (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora