CAPITULO 19

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En verdad deseaba que fuera un mal sueño, esperaba despertar asustada y abrazarme al cuerpo de mi ojiverde amante. Pero el miedo que tenía de cerrar los ojos y que la delgada figura de mi madre siguiera allí, no me permitía salir de dudas.

Aunque teniendo en cuenta mi acelerado ritmo cardíaco, de ser un sueño ya habría despertado.

-¿Qué esperas para dejar pasar a tu madre, Roseanne? -dijo ella.

Mi boca estaba ligeramente abierta, buscando alguna palabra que no fuera "mamá" de nuevo.

-Por Dios, muchacha... ¿Te encuentras bien?

Sin esperar a que le concediera la entrada, Park Yang mi se adelantó hasta donde yo estaba, empezando a tocarme la frente en busca de algún signo que justificara mi reacción.

"Lalisa está en mi cuarto... En mi cama... Sin nada de ropa... ¡Estoy llevando su pijama!"
reflexionaba mi alterada mente.

-Te estas poniendo pálida... ¡¿Roseanne?!

-¡¿Qué?!

-Ven... -la mujer me sujetó del brazo y me llevó hasta el sillón, haciéndome sentar- Voy a prepararte un té, creo que se te ha bajado la presión.

Asentí e inmediatamente dirigí la mirada a la puerta de mi habitación, estaba totalmente abierta pues no tuve la precaución de cerrarla al salir.

-Mierda...

Musité.

-¡Ese vocabulario!

-Perdón...

Me iba a cagar de miedo en cualquier momento. Mi cuerpo no reaccionaba. Estaba literalmente a merced de mis nervios.

-¡Buenos días!

-Buenos días, tú debes ser Lalisa.

Me giré para terminar de creer lo que mis oídos no daban crédito. Lalisa estaba saliendo de su habitación.

¡De su habitación! ¡Con ropa!

-Y usted debe ser la señora Park -la ojiverde atravesó la habitación hasta llegar a la cocina, donde estaba mi madre- Mucho gusto.

A esas alturas, mi mandíbula ya había perforado el suelo.

-El gusto es mío, Lalisa -ambas se saludaron con un beso en la mejilla- Y perdona que tome confianza tan pronto... ¿Puedes ayudarme con Roseanne? Se le ha bajado la presión y voy a prepararle algo.

-Descuide, señora -Lalisa le ofreció una de sus mejores sonrisas y caminó hasta sentarse a mi lado- ¿Estás bien?

Mi madre ya se había girado a hurgar en la alacena.

-Tú... Tú estabas, joder Lalisa -todo lo susurraba- ¿Cómo... ¿En qué momento?

-Despacio, Chaeng -ella rió un poco y quise golpearla- Me desperté apenas dejaste la cama, y te escuché diciendo "mamá", entonces emprendí mi huida, prácticamente... ¿Has olvidado la distribución de tu casa? Supuse que la puerta cubriría la vista hasta tu cuarto... Simplemente crucé la sala y...

-Muy sigilosamente -acoté.

-Muy sigilosamente, ya me conoces.

-Estás vestida... Pero...

-Es tu pijama, creo que tomaste el mío.

-Es que no encontraba el mío... Joder, Lalisa...

Estaba muerta de miedo.

COLORS (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora