Cuando Emma Stokes se encuentra por accidente con el grupo de amigos de su hermano una situación que puede demostrar que los extraterrestres existen, comienza a pasar más tiempo con ellos y eso solo hace que sus sentimientos por Rudy aumenten cada v...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❛la guarida de la criatura❜
¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que estás en peligro a pesar de estar con gente que se supone que te protegerá? Porque así me sentía en cuanto vi a aquel grupo de militares perseguirnos detrás del coche.
Iban metidos como en cinco camiones y nos seguían sin parar, sin cesar la velocidad.
Mi corazón latía a mil por hora, y mis dedos apretaban con fuerza el asiento del coche.
—¡MÁS RÁPIDO! —Gritó con urgencia Drew hacia Madelyn.
—¡Lo estoy intentando! —chilló ella con enfado se vuelta. — ¡Esta furgoneta no es muy rápida, que digamos!
Vimos que un tanque acompañaba a los coches que nos seguían y un chillido muy agudo proveniente de Drew nos hizo taparnos los oídos a todos.
Madelyn se metió en el barrio donde vivíamos cruzando una verja que se posó sobre el capó del coche, obstaculizando nuestra vista para seguir conduciendo. Madelyn soltó maldiciones a la vez que Chase activaba el parabrisas para apartar la valla de nuestro campo de visión.
—¡Joder! —exclamó Chase al no poder quitarla.
—¡No veo nada! —se quejó Madelyn.
—¡Entonces ¿para qué te metes en un jardín?!— preguntó Evan con horror.
—¡Porque si no seguiríamos teniéndolos detrás de nosotros!
Me giré para mirar detrás de la furgoneta y, en efecto, ya no teníamos a los coches y tanques detrás. Sonreí y solté un grito de alegría a la vez que me giraba para mirar a Madelyn.
—¡Bien he...!
No me dio tiempo a terminar la frase porque de repente noté cómo me iba hacia delante, y me maldecí a mi mismo por no haberme abrochado el cinturón. Fue como si una bola de fuego cayese sobre el techo del vehículo, y este acabó chocando contra un árbol por el impacto.
Miré hacia arriba, pegado al respaldo del asiento que tenía delante de mi, y contemplé con terror que se había formado en el techo de la furgoneta un agujero ardiente.
Todos salimos corriendo del coche tosiendo y gritando. Al menos no había ningún herido. Todos comprobamos que estábamos bien, pero rápidamente nuestra atención se desvió hacia lo que teníamos frente a nosotros.
