Cuando Emma Stokes se encuentra por accidente con el grupo de amigos de su hermano una situación que puede demostrar que los extraterrestres existen, comienza a pasar más tiempo con ellos y eso solo hace que sus sentimientos por Rudy aumenten cada v...
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❛todo en una noche❜
Cuando no volví a escuchar nada más, solo el sonido de metales crujiendo y el fuego crepitando, me atreví a levantar la cabeza con el corazón a mil, las manos y las piernas temblando, y la cara manchada.
Tenía la ropa hecha un asco y el pelo alborotado. Pero en ese momento aquello era lo último que me importaba.
Respirando agitadamente, comencé a andar con dificultad, y con miedo, hacia la otra parte de la estación ahora hecha pedazos. Alcancé a ver a Drew vomitando como un loco detrás de un arbusto.
—¿Dónde está Emma?—Preguntó Chase en algún punto que no lograba ver.
Querría decirles que estaba bien, pero no me salía la voz. Pensaba que si hablaba acabaría llorando.
Antes de llegar vi que todos se acercaban a un punto, entre unos metales rotos que estaban atrapando algo.
—Hay sangre —murmuró Jonathan.
Rudy se acercó lentamente hacia ella y yo me quedé parada detrás de ellos sin decir nada. ¿Sangre? ¿De quién? Los metales eran grandes y si alguien sangraba ahí debajo, no habían posibilidades de que estuviese vivo. Con los nervios y el miedo, no pude ni contar a ver quién faltaba.
—No lo levantes —le pidió Drew acercándose con la voz temblorosa.
Rudy igualmente comenzó a levantar los metales que obstaculizaban la vista hacia el interior para ver de dónde provenía esa sangre y todos comenzaron a gritar que no lo hiciese.
Pude escuchar que Rudy comenzaba a llorar mientras lo hacía. Chase parecía devastado.
—¿Quién está herido?—Pregunté finalmente con tono preocupado.
Todos se dieron la vuelta rápidamente para mirarme y al segundo sus rostros se iluminaron. Rudy sonrió abiertamente mientras veía cómo una lágrima bajaba por su mejilla. Yo no comprendía nada.
Chase corrió hacia mi y me abrazó con fuerza. Yo seguía algo confundida pero finalmente lo abracé también y cerré los ojos.
—No vuelvas a asustarme de esa manera —susurró.
—¿Entonces de quién es la sangre?—preguntó Austin.
Rudy finalmente consiguió dejarnos ver qué había debajo y sacó un pequeño maletín gris roto del que salía sangre sin parar.
—¡Es sangre falsa! —exclamó aliviado—. Es falsa.
Todos respiramos con normalidad de nuevo, claramente tranquilos.
—¿Qué ha pasado? —preguntó Drew pasando sus manos por su pelo—. ¿Cómo cojones ha pasado todo esto?
—Un coche interceptó con el tren —habló Chase—. Lo vi. El coche claramente sabía que el tren estaba en frente pero igualmente se puso delante y chocó. No ha sido un accidente.
