Cuando Emma Stokes se encuentra por accidente con el grupo de amigos de su hermano una situación que puede demostrar que los extraterrestres existen, comienza a pasar más tiempo con ellos y eso solo hace que sus sentimientos por Rudy aumenten cada v...
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❛el karma es una perra❜
—¡Wuuu!—gritó Evan al entrar en la casa de Kit Williams después del partido. Me alzó en sus brazos y después me besó—. ¡Hemos ganado!
Yo sonríe y lo abracé. Después lo besé, para ver si me sentía de la misma manera, para comprobar que nada había cambiado. No quería que Rudy cambiase mi perspectiva de la relación que tenía con Evan. Simplemente no.
Pero estar con Evan se sentía igual que siempre. A lo mejor solo estaba viendo cosas donde no la había y me estaba emparanoiando por los comentarios que hacían algunas personas de Rudy y de mi.
Por desgracia para mi confusión, Rudy y mi hermano y compañía estaban en esa fiesta. Todos estaban invitados, y Kit se estaba emborrachando tanto que ni se daba cuenta de quien estaba en su hogar.
El lugar era ahora mismo un caos lleno de animales drogándose y bebiendo.
—Voy a por una bebida, nena —Me avisó Evan para después darme un beso y salir por ahí.
Miré a los lados y visualicé a Dakota viniendo hacia mi.
—¿Dónde está Harper?—le pregunté, un poco seria. Todavía seguía resentida por el incidente anterior.
—Ha visto a Andrew y se han puesto melosos. Tenía que salir de allí.
Entonces me entregó un cubata en un vaso rojo de plástico, me sonrió un poco. Aunque no quería ser mala, una parte de mi me decía que esa sonrisa era algo falsa. Pero tampoco sospeché que esa bebida llevase nada malo ni perjudicial, sabía que mi hermano y mi novio estaban allí así que estaba a salvo.
¿Había llegado hasta el punto de tener miedo de que Dakota me drogase? Realmente era malo conocerse, y lo peor era conocer tanto a alguien como para saber de lo que era capaz en algo malo.
Acepté el cubata y le di un trago. Ni siquiera se había disculpado conmigo cuando volví, estaba sonriendo y riendo con una chica en las gradas. No estaba tan arrepentida como Harper me había dicho.
—Dakota —habló alguien detrás de nosotras. Dakota se dio la vuelta y yo miré detrás de ella. Era Chase con sus amigos—. Deberías esconderte.
—¿Y por qué haría eso?
—El recolector de basura está a punto de venir.
Todos sus amigos comenzaron a reír y yo no pude evitar soltar el vodka de mi boca como un aspersor al reír con líquido dentro. Mojé a Dakota totalmente.
—El Karma es una perra —comentó JD.
Dakota me miró con los ojos muy abiertos, incrédula. Tenía los brazos extendidos, porque había manchado su preciada blusa, y me miraba muy enfadada. Yo tapaba mi boca con la mano, evitando soltar más líquido de ella y de no reírme en su cara.
