Capítulo Seis

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Emilio acompañado del castaño, entraron rápidamente al departamento, ambos por las respiraciones agitadas de correr al subir las escaleras.

Cuando el rizado leyó varios mensajes de un número desconocido diciendo que su hermano había tenido un ataque sintió tantas emociones, entre arrepentimiento y culpa.

Los jóvenes subieron las escaleras a donde estaban las habitaciones, tras no ver a nadie abajo, cuando lo hicieron se encontraron a un
joven que se veía más que preocupado.

— ¿Marco? ¿Qué fue lo que pasó con mi hermano? —intrigó Emilio, intentando ir a abrir la puerta de la habitación pero lo detuvieron.

— El doctor está con él, deja que lo termine de atender. —pidió Marco, entendido la razón por la que se le quedaban viendo— Fue Gerardo, David salió a darle de comer al gato de la señora, se negó a que lo acompañara, cuando se tardó fui a buscarlo, pero cuando llegue Gerardo lo tenía abrazado, lo golpeé y lo soltó, entonces David cayó al piso sentado, no sabía que hacer, ya que normalmente los ataques se controlaran abrazándolos, pero entonces él me abrazo, el ataque no duró mucho, pero seguía muy ansioso, por eso lo convencí de que me diera el número del doctor y aproveche para mandarte mensaje a ti.

— ¿Te dejo tocarlo? ¿Y cómo fue que te comunicaste con él? —preguntó Emilio sintiéndose aún más confundido.

— Pues cuando llegue primero me presente y se sonrojó, pero lo que me sorprendió fue cuando me habló en un susurro, ya que tú me habías dicho que no hablaba casi con nadie. Y cuando me abrazo también me sorprendió, pero en cuanto empecé a hablarle se comenzó a calmarse —respondió Marco.

Joaquín sonrió al escuchar las palabras de Marco, suponía saber la razón de lo que hizo David. Aunque al ver la expresión de su novio, simplemente reforzó aún más el agarre de sus manos entrelazadas.

— Soy Joaquín el novio de Emilio —comentó el castaño cuando Marcó se le quedó viendo con confusión.

Salió el doctor de la habitación de David, unos momentos después.

— Está más estable, lo ideal hubiera sido llevarlo al hospital, pero considerando que lo ponen aún más ansioso, estuvo bien que me llamaras Marco. El ataque que sufrió fue algo fuerte, pero hubiera sido mucho peor de no ser que este joven supo como tranquilizarlo. David sigue un poco ansioso, pero me pidió que entrará Joaquín y solo él, recomiendo hacer todo lo que pide para evitar que le dé otro ataque —dijo el doctor.

— Está bien entraré —susurro el castaño mirando a su novio y a Marco.

— Solo ten cuidado, nada debe alterarlo, —pidió el doctor.

Joaquín asintió entrando a la habitación, sentándose junto a la cama, mirando como David sonreía al verlo.

— Descuida, no arruinaste nada —musitó el castaño sabiendo a la perfección que diría el contrario— ¿Qué es lo que pasa con Marco?

David solo se sonrojó ante la última pregunta, el tampoco sabia, solo se sentía muy cómodo con Marco, le gustaba como lo trataba, aunque no le agradaba tanto el que se sonrojara.

— Está bien si no quieres hablar de eso —comentó Joaquín con una sonrisa, confirmando sus sospechas— ¿Cómo te sientes?

— Bien, solo algo cansado, cuando salgas diles que ya me dormí, no quiero escuchar los reproches de Emilio hoy —dijo David.

— Tranquilo, yo le diré, ahora descansa, prometo venir a visitarte mañana temprano ¿si? —susurró el castaño.

David asintió acurrucándose más en la cama, sintiendo como dejaban un beso en su frente antes de salir.

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