Capítulo 4. Marco.

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Marco vivía en un lugar muy elegante, su departamento contaba con dos pisos, cuando entraron le dijo a su hija que ya se había comunicado con su madre para decirle que se quedaría con el hasta el día siguiente, tomo el teléfono para ordenar la cena, una pizza, Naya llevo a Hiro a su cuarto enseguida, pero este cuarto era muy diferente al de la casa de su madre, era como el resto de la casa, elegante, aunque con colores mas llamativos y a un lado de la cama un pequeño taller de costura, dejo a Hiro enseguida en el piso le dijo que en la cama estaba el control remoto, abrió su armario y Hiro pensó que también la ropa era diferente, menos infantil, se lo comento a ella quien le contó que su sueño era convertirse en una gran diseñadora de modas, en casa de su madre ella es quien le compra la ropa y lo que hay en su cuarto, pero en casa de Marco, ella puede hacer lo que quiera, fue todo lo que le dijo y se fue a tomar un baño para poder pensar en lo que estaba ocurriendo.

Hiro se quedo también pensando mientras veía la televisión, algo extraño estaba en su cuerpo, aunque sentía desesperación por ello, se sentía relajado al dejar la vida que llevaba, le resultaba extraño estar con alguien, pues desde que salio del orfanato no había estado con otras personas conviviendo y más estar con una chica como Naya, era diferente a como imaginaba a las chicas y se sentía bien estando con ella.

Cuando Naya salio del baño, escucho el timbre y Marco le pidió abriera y le indico donde estaba el dinero para pagar, ella recibió la pizza, el repartidor estaba sorprendido pues ya conocía bien a Marco, pero a ella nunca la había visto, Naya le dio el dinero y el quiso continuar la charla, pero ella le cerro la puerta en la cara con la palabra en la boca, Hiro empezaba a entender el problema que ella tenia con la gente del sexo opuesto y cuando Naya lo vio con ternura y amabilidad le pidió la acompañara a cenar, Hiro se acerco subiendo por una silla para luego subir a la mesa y sentarse ahí para acompañarla, ella comento que estaba contenta de que se acostumbrara a su cuerpo.

-¿Te aburre la televisión?- pregunto Naya pensativa.

-Es muy difícil cambiar de canal con estas manos.- Respondió el y Naya se vio mas triste. –No me digas ¿Te vas a comer todo tu sola?

-Si, tu no puedes comer ¿Qué esperabas?- Dijo ella sonriendo un poco.

-Naya... -Dijo el de nuevo autoritario, ella espero que se molestara por lo que dijo. –Si voy a estar así, quiero pedirte algo.

-No te vas a quedar así, te lo...

-¡Déjame hablar!- Grito el antes de que Naya pudiera seguir. –Si me quedo así, quiero que sonrías para mi...

La petición de Hiro sorprendió a Naya, que estaba apenada y no sabia que decir, pero a final de cuentas respondió lo único que podía responder.

-Si es lo que quieres, lo haré... Porque es mi culpa que estés así...- Dijo ella con unas lagrimas en los ojos.

-¡Que no llores! –Reclamo enérgico y ella seco sus lagrimas rápidamente. –Si me quedo así, no quiero verte triste, porque me voy a quedar contigo, sea cual sea la razón, solo sonríe.

Hiro se acerco a ella y la ayudo a secar las lagrimas y Naya lo abrazo, se quedaron en silencio, salio Marco y la vio abrazando su muñeco y llorando, se detuvo y regreso a su cuarto sin saber que decir, pero también estaba triste.

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