Capítulo 7. Gamaliel.

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Hiro despertó en los brazos de Naya, quien le dio los buenos días dándole un beso en la mejilla, el le pedía se le despegara un segundo, pero ella se negó a hacerlo con una amenazante mirada, pues no podía permitir que volviera a ocurrirle algo, luego cambio su mirada y corrió a la cocina para preparar el desayuno para Marco, Hiro sonreía pues sabia lo importante que era para Naya, pero estaba seguro que solo se comportaba así por la situación y eso lo entristecía, se preguntaba si ella realmente cumpliría su promesa.

Marco estaba contento porque Naya estuviera con el y se notaba, Naya aprovecho para agradecerle que fuera a inscribirla a su nueva escuela, pues realmente se sentía apenada por como trato a los encargados que la recibieron, Marco le dijo que no había problema que se alegraba de que le pidiera ayuda y riendo dijo que para eso estaban los hermanos mayores, eso aun le parecía molesto a Hiro, pero Naya no tenia problema con ello.

-Aunque aun no se si estarás bien en tu primer día de escuela.- Dijo Marco algo preocupado. –Puedo acompañarte si quieres o tomate una semana más de vacaciones.

-Preferiría comenzar de inmediato.- Dijo Naya. -Se que a pasado apenas una semana desde que decidí cambiar de escuela, pero he estado muy nerviosa y creo que con el paso del tiempo, sera peor.

-Realmente admiro tu valentía...- Dijo Marco y Naya sonrió un poco.

Hiro que los observaba desde arriba fuera del cuarto de Naya, suspiro y regreso a la habitación, había muchos libros en el piso y hojas impresas, se acerco a ellas, todas trataban de posesión o como transferir las almas de los muertos, ambos habían estado por días buscando como regresarlo a su cuerpo, pero todo involucraba estar cerca de su cuerpo original, al cual no podían acercarse, pues el Hiro humano había sacado fotos de seguridad de la cara de Naya y sus guardaespaldas ya estaban advertidos, por lo que no pudieron acercarse a el, después de aquella vez.

Naya llevaba a Hiro en su mochila, mientras hablaba con el camino a su nueva escuela, fingía usar el manos libres para no causar sospechas, le decía que es muy difícil lograr una unión como la que ella consiguió, pues por lo general el espíritu dentro de un objeto no puedo moverse tan libremente como el lo hace, Hiro no contestaba nada, por lo que Naya creyó que estaba preocupado, quiso reanimarlo diciéndole que pronto lo devolvería a su cuerpo, pero Hiro estaba mas preocupado de que lo lograra hacer humano de nuevo, un chico caminaba detrás de ella mientras hablaba, observando la mochila de Naya con atención, en su nueva escuela no usaban uniformes y el chico se veía muy lúgubre vestido de negro, aunque era muy bien parecido.

Naya fue presentada a su nuevo grupo donde estaba el mismo chico, quien no la perdió de vista y se sentaba junto a ella, que no se percato de el por estar nerviosa, mientras tomaban clase, Hiro se sentía muy aburrido metido en la mochila sin nada que hacer, se podía asomar por una pequeña abertura en la mochila y fue cuando de dio cuenta que el chico no había dejado de verlos y de hecho lo miraba a el dentro de la mochila, lo que hizo que quedara helado, estaba aterrado de que alguien pudiera enterarse de quien era y mas de ese chico que se veía tan extraño. Durante el descanso, Hiro intento hablar con Naya, pero sus compañeras enseguida la rodearon para conocerla y para preguntarle sobre su ropa, enseguida se hizo de amigas, lo que impidió que Hiro pudiera advertirle sobre el extraño chico. Cuando salieron de la escuela Naya se puso de nuevo el audífono de los manos libres para hablar con Hiro.

-Lo siento, no quería que estuvieras tanto tiempo solo.-Dijo ella.

-Eso no importa.-Dijo Hiro asomándose un poco por la mochila. –Alguien nos sigue... Voltea discretamente...

Naya al oír esto, volteo enseguida ignorando lo que Hiro le dijo, lo que sorprendió al acechador que se detuvo enseguida.

-¡¿Por qué me estas siguiendo?!- Grito ella dando un paso hacia el, por lo que el dio un paso atrás sorprendido, pero enseguida aclaro su garganta y dio un paso delante de nuevo.

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