Back Pack

Capítulo 2. Naya.

Naya despertó estirándose iluminada por el Sol, se tallo los ojos tratando de aclarar su cabeza pues lo que ocurrió le parecía un sueño y entonces escucho un gruñido detrás de ella y volteo lentamente a su cajón de pijamas donde dejo a Hiro y al verlo moverse con una cara de furia, se dio cuenta que todo era real y se cubrió con las cobijas y las almohadas para que no la oyeran gritar.

-Ayúdame a bajar. - Pidió Hiro y Naya salió de su escondite para ayudarlo, lo escuchaba en mal estado.

-¿Te paso algo?- Pregunto mientras lo sostenía en brazos.

-¡No podía bajar de ahí y no pude dormir en toda la noche!- Grito Hiro furioso, Naya se disculpó de nuevo, vio la hora de su reloj y lo dejo en el piso mientras iba por su ropa, le pregunto a Hiro si se sentía mal por no dormir y él se quedó pensando pues en realidad no sentía nada, no sentía ni frío o calor, eso le preocupaba un poco y cuando la vio de nuevo se dio cuenta que traía su uniforme de la escuela y le pregunto porque se vistió así, ella le dijo que para ir a la escuela.

-¿¡Como que para ir a la escuela?!- Grito de nuevo –¡Si tienes que llevarme con mi cuerpo!

-Pero... No puedo faltar a la escuela...

-¿¡Y que se supone que haga yo?! No puedo llegar solo hasta mi cuerpo.

-Pero... Aunque vayamos no se dónde estarás ni me dejaran acercarme, se supone que hoy tendrás un concierto, así que supongo estarás muy ocupado... -Dijo ella.

-mm... Lo había olvidado...- Suspiro tratando de pensar, entonces escucharon como se abrió la puerta y con un fuerte grito una niñita saludo a Naya, ella cargo enseguida a Hiro y la niña se sorprendió al ver el muñeco se acercó corriendo y le pregunto si ya lo había terminado, ella le dijo que anoche lo había hecho y su hermana trato de alcanzarlo, Hiro tenía mucho miedo, pero trataba de no moverse, Entonces Naya con mucha tranquilidad puso una de sus manos sobre la cabeza de su hermana y le paso por un lado, le dijo que bajaran a desayunar. Como bajo con el muñeco, su madre que ya llevaba un traje sastre lista para ir al trabajo y bebiendo café le pregunto sobre él, Naya lo tuvo que dejar sobre la barra de la cocina haciéndole la mueca de que guardara silencio, su hermana se sentó como si nada a desayunar y Naya hizo lo mismo, mientras su mamá le preguntaba si le pondría algún nombre a su muñeco y ella le contesto emocionada que se llamaba Hiro, entonces él se dio cuenta de la mirada de su madre, impactada por el nombre, se levantó enseguida y lo tomo entre sus brazos, aguantando el llanto, Hiro se sintió extraño pues no sabía que hacer y la madre de Naya tomo una bocanada de aire y se volvió a sentar a la mesa revisando la creación de su hija, comenzó a jalonearlo y Naya se puso nerviosa, sabía que a Hiro no le gustaría.

-Lo cosiste muy bien aunque haya sido a mano. - Dijo ella jalando las costuras para ver si se abrían, Naya no sabía como pararla. –La ropa también se ve bien.

Comenzó a desvestir al muñeco y Naya se sonrojo pues ya no sabía como pararla, entonces sonó su teléfono y lo dejo sobre la mesa, su hermana no prestaba atención pues estaba comiendo, así que lo tomo y dijo que iba a acomodar sus cosas para irse a la escuela, en cuanto entro a su cuarto se disculpó con Hiro y espero el regaño, pero cuando el no dijo nada se preocupó, Hiro la vio con tristeza, recordaba lo que le dijo el día anterior, miro el cuarto de nuevo, recordó entonces cuando era niño y lo golpeaban.

-¿Te pasa algo Hiro?- Dijo ella interrumpiendo sus pensamientos y el recobro la lucidez.

-¿¡Claro que me pasa?! Tu mamá quería romperme. - Grito tratando de olvidar la pesadez.

De nuevo Naya se disculpó y Hiro le pidió que mejor le dijera que plan tenía para encontrarse con su cuerpo, Naya le dijo que después de la escuela viajarían a la ciudad donde se llevaría su concierto, solo hasta ese momento Hiro se dio cuenta que no estaba en la ciudad, ella le aclaro que estaban lejos y debían tomar el tren ligero para llegar, saco una mochila de su armario y le dijo que debía quedarse dentro mientras estaba en la escuela, el suspiro aceptándolo pues era la única forma de hacerlo, agrego que por lo menos en su escuela no había niñitas como su hermana y nadie trataría de abrirle las costuras, pero Naya se quedó congelada, él la vio y le pregunto que le pasaba.