Me enamoré de un psicópata [KongpobxArthit]

Su amor [final]

—Oooon.

—Oon ... por favor detente.

¿Por qué no puede oírme? Él siempre me escucha, entonces, ¿Por qué no me está escuchando ahora?

Fui a agarrarlo pero mis manos lo atravesaron. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué no podía tocarlo?

—MUERE PERRA. MATASTE A MI KONG.

¿Muerto?

¿Estoy muerto?

No ... no ... no puedo morir ahora.

—DIOS NO AHORA POR FAVOR. QUIERO REGRESAR —grité mientras caía de rodillas.

—Eres demasiado ruidoso —me sobresalté solo para darme la vuelta y encontrar a mi madre sonriéndome.

—M-Mae, ¿Qué estás haciendo aquí?

—Al igual que tú hijo, estoy muerta. Fui asesinada en el hospital por alguien que se hacía pasar por Arthit.

—Pero Mae, ahora no quiero morir. Quiero vivir —seguí llorando. Caminó hacia mí y me abrazó fuerte mientras acariciaba mi espalda.

—Está bien bebé. Todo estará bien.

¿Sabe ella de lo que está hablando? Nada estaba bien si Arthit no está conmigo. Ella fue quien me convenció de entregarle mi corazón a Arthit.

Hace una semana...

—Ven y siéntate a mi lado. Todos los demás fuera.

No había pasado una hora desde que despertó y estaba siendo autoritaria de nuevo. Recuerdo que se quejaban mientras salían.

Me senté al borde de la cama tomando su mano sobre la mía.

—Entonces, ¿Cuál es el gran secreto que no quieres que nadie más escuche excepto yo?

Ella me dio esa mirada severa que me molesta. —Esto es sobre Arthit. Lo que te diga, recuerda que lo hizo por amor.

Estaba confundido sin entender en absoluto a qué se estaba refiriendo.

—Prométemelo.

—Está bien, está bien ... te lo prometo, pero deja de hablar con acertijos, ya sabes cuánto los odio.

La cara que me dio hizo que me diera cuenta de que todo lo que estaba a punto de revelar sería crucial. Le apreté la mano ligeramente para asegurarle que podía aceptar lo que fuera que estuviera a punto de confesar. Después de todo, cuando se trataba de Arthit, ya nada me sorprendía.

Bueno, excepto esto ...

—He estado en coma durante 3 meses. Mi accidente fue un choque y fuga. Podría haber sido Arthit pero lo empujé y recibí el golpe.

Me quedé boquiabierto como se ve en esos dibujos animados. Mis ojos también, agrandados casi reventados.

¿Escuché bien?

¿Estaba en coma?

Entonces, ¿Cómo es que estaba en dos lugares al mismo tiempo? Algo andaba mal.

—A menos que quieras que los insectos hagan un nido dentro de tu boca, te sugiero que la cierres. ¿Ahora donde estábamos? Mmh sí, para abreviar la historia, él y su cuñado trajeron a una mujer y la hicieron parecer como yo. La mujer con la que vivías no era yo, sino otra persona.

Ahora mi palma estaba apretada en un puño. Arthit había ido demasiado lejos. Se había atrevido a meterse con mi madre.

No sabía que estaba gruñendo hasta que sentí una bofetada en la parte posterior de mi cabeza.