Capítulo 5: Amor es....

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—Un poco más a la derecha— digo apuntando hacia el lugar.

—¿Ahí?— niego.

—¿Por qué no lo llevas hacia la izquierda?.

—¡Joder! ¿Estás jugando conmigo o qué?.

—Uff, pensé que jamás lo captarías— me río en su cara.

—Eres tan maligna y venenosa.

—Gracias, ese cumplido es como musica para mis oídos— sonrío haciéndolo enojar.

—¿Qué te pasa?.

—¿Vamos a ir juntos al baile?— pregunto ilusa.

—No, sabes que tengo novia, aunque podríamos vernos, después.

—Vale— digo relajada.

—¡Dejen de cuchichear, voy a caerme de aquí!— gritó el otro chico que nos estaba ayudando.

—Opino que deberías subir un poco más eso, las personas pueden tener un accidente— acató la recomendación sin protestar.

—¿Qué tal vas?— preguntó Haila entrando al lugar donde sería el baile.

—De maravilla— digo con sarcasmo— ¡Estos idiotas no paran de quejarse! Necesito chicos que estén dispuestos a recibir órdenes sin quejarse como nenas— explico con frustración.

—En un minuto te mando más alumnos para acá.

—Gracias— suspiro aliviada— ¿Y tú qué tal? ¿Tendrás que recibir a muchas personas?— asiente— ¿Y a Carlos, que tal le esta yendo con los aperitivos?.

—Esta disfrutando, él es el menos estresado.

—Me alegra que al menos alguien en este lugar pueda estar tranquilo.

—Es cierto— ella ríe— Me voy, para terminar.

—Vale.

Mi celular suena en el bolsillo trasero de mi pantalón.

Geme🌼: ¿Te falta mucho? :/

Yo: Bastante ¿por qué?.

Geme🌼: Estoy aburrida en casa, ya terminé todos mis proyectos, tareas, y estudios :(
I miss you.

Yo: Podrías venir ( con Cristián ) para que ayuden a esta pobre alma en pena que no terminará hasta las seis de la tarde :(
¡Help!.

Gemela🌼: Si me llego a acordar de lo dramática que eres, no te escribo. Voy para allá, llego en veinte minutos.

Yo: Vale, te espero. Y también te amo :|

Guardo mi teléfono y sigo organizando junto a los chicos el lugar.

—¡Llegue!— oigo la voz de Diego.

—¡Que emocionante tenerte por acá! — finjo emoción.

—¿Así es como tratas a los que te ayudan sin pedir nada a cambio?.

—Tampoco podrías— rodé mis ojos.

Diego, había seguido mi consejo. Se había convertido en un idiota, como todos nosotros, solo que yo sabía que él no era así, en el fondo odiaba verlo aparentar lo que no era. Odiaba que aparentara ser egocéntrico, sarcástico, mujeriego e idiota. Pero cuando estábamos a solas, era alguien totalmente diferente.

Creciendo Con Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora