CAPÍTULO 06

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-R.M-

El entumecimiento que había sido bueno conmigo durante los últimos varios meses había sido reemplazado con el enojo familiar que me llevó mi vida entera. El enojo que me permitió tomar vidas. El enojo que me permitió odiar enemigos a los que nunca había conocido. Como sea, este nuevo tipo de enojo burbujeando dentro de mí era por uno y un sólo hombre.

Chop.

Todavía estaba medio borracho. Era difícil no estarlo. Si quería estar completamente sobrio tomaría meses limpiar mi sistema. Tal vez años.

Las líneas rotas de la autopista se mezclaron en una larga raya de blanco y amarillo mientras presionaba el acelerador, el motor chilló y gruñó en protesta. La línea roja del velocímetro pulsaba con vacilación, subiendo más y más alto mientras presionaba el viejo camión de pan al límite.

Le había dado el anillo a el niño como una puta broma. Una manera de aplacarlo, de hacerlo sentir bien por no llamar a la puta policía. Nunca esperé que él apareciera en el maldito MC. ¿Qué pudo haber necesitado de mi ayuda de todos modos? Yo honestamente pensé que él olvidaría todo sobre el anillo y la historia falsa detrás de él.

Estaba tan jodidamente equivocado.

Sólo porque era el mismo chico que en la foto que Suga me mandó no quería decir que no era todo una elaborada trampa por Chop para tenerme de vuelta en GwangWon.

Mi viejo era un come vergas, pero era un come vergas inteligente. Él no vendría por mí en público, y con toda la vigilancia alrededor de la casa de Suga él se aseguraría d estar tan lejos de La Calzada como sea posible.

Pero, ¿El chico?

Él podría estar en la nómina de úteros de los Bastards por todo lo que sabía. Todo lo que él necesitaba hacer era guiarme a un lugar tranquilo sin vigilancia así los Bastards podían tomarme de vuelta al club y colgarme a la mitad del patio así ellos podrían arrojar latas de cerveza a mi cuerpo hasta que yo empezara a oler.

Pero, ¿que si él realmente estaba sólo yendo al MC porque él necesitaba mi ayuda? Me necesitaba para cumplir una promesa que yo no había tenido intenciones de algún día llevarla a cabo.

En la foto él estaba agarrando el maldito anillo como si fuera la cosa más preciosa en el mundo para él. Sentí un jalón del final de mi puto intestino, pero como cada indeseada emoción agitándose en mi cerebro, empujé esa mierda marcha atrás.

Mi estúpida broma terminó en la puerta de Suga. El plan era llegar a GwangWon y silenciosamente limpiar el desastre que hice. Entonces mandaría a el chico a su camino de regreso.

Cada zarpazo en el camino me causaba levantar la vista y mirar al espejo retrovisor. Las ventanas negras estaban ennegrecidas y tan inservibles como un monje con una verga de veinticinco centímetros. Mi moto estaba atada en la parte trasera del camión con pesadas correas de nylon que se unían a ganchos en el piso.

Una bestia mecánica atada desperdiciándose cuando estaba destinada a estar volando en el camino.

Como yo.

Había rentado el camión bajo un alias de una chatarrería que operaba únicamente en papel, sin sistema informático de ningún tipo. No estaba escondiéndome del club. No era un puto cobarde, pero no estaba cerca de advertir mi llegada y poner la familia de Suga en riesgo tampoco.

No me estaba escondiendo, sólo necesitaba tiempo.

Tiempo de hacer lo que no estaba jodidamente seguro.

Durante los últimos meses la única cosa que había cumplido fue ser un yermo por alcohol, coca, y un coño flojo y tan pronto como me encargara de mis asuntos iba a volver a ello.

03. ILEGAL ||NAMJIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora