CAPÍTULO 23

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–JIN–

Los labios de R.M en los míos era algo simplemente increíble. No era un suceso. Era completamente mágico.

Por lo cual necesitaba detenerse.

Todo necesitaba detenerse.

Me retiré, pero él no se movió, cerniéndose sobre mí, respirando fuerte.

Sus labios brillaban por nuestro beso, su cabello cubriendo sus ojos. Sus músculos sobresalían mientras él se sujetaba a sí mismo en la ventana por arriba de mi cabeza. Sus ojos color avellana reflejando la cruda lujuria que sabía él tenía que ver en los míos porque era algo tan abrumador que sentía como si estuviera a punto de reventar de mi propia piel.

– No puedes hacer esto otra vez. No te dejaré. Si tu plan en besarme e irte sólo para que puedas probar algún tipo de punto sobre qué tanto una broma soy, entonces detente ahora porque no seré algo con que jugar.

R.M gruñó.

– ¿Eso es lo que piensas que pasó cuando te dejé en la fogata? ¿Que estaba jugando algún puto juego?

– Sí.

– El único juego que estaba jugando era el del chico bueno, el cual es extremadamente difícil de jugar y no entiendo todas las reglas.

– ¿Chico bueno? ¿Te fuiste porque estabas jugando el rol del chico bueno? ¿Qué significa eso?

– Significa que me fui porque tú estabas amoratado y golpeado y yo besándote, saboreándote, fue un error.

– Ah.

– No en la manera que piensas, Jinnie. Fue un error porque estaba a segundos de doblarte sobre el pozo y meter mi verga dentro de tu pequeño, apretado y perfecto culo. Me fui porque era la cosa correcta de hacer, lo cual es nuevo para mí. Pensé que según me iba a sentir bien sobre tomar la decisión correcta, pero no, me arrepentí de no tomarte. Jodidamente me dolía esa noche. – extendí mi mano y quité el cabello de su rostro que se había caído en sus ojos y él se inclinó hacia la palma de mi mano. – Todavía estoy jodidamente adolorido.

– No me mientas.

– Y tú no digas mierda de la que no sabes qué coño estás hablando. Porque déjame decirte algo, Jinnie. Si no me importaras una mierda, me hubiera quedado después de ese beso, después de probarte. Hubiera follado tu culo virgen hasta que no pudieras caminar bien, ver bien, pensar bien. Hubiera hecho que vieras a dios si yo pensara que tal mierda existiera. Pero me importó. Me importa. Así que te dejé solo y me fui.

– ¿Entonces ahora qué? – pregunté, abrumado por su confesión.

– He terminado de dejarte solo. – R.M enredó sus manos en mi cabello y tiró de mis labios a los suyos. – Te deseo. Te deseo todavía más de lo que alguna vez he deseado algo. He sido un muerto andante con precio en mi cabeza y estoy caminando por ahí con una puta erección todo el día pensando en estar dentro de ti. Esa primera noche que te vi en la cama cargando mi anillo como si estuvieras ahogándote y ese fuera tu chaleco salvavidas, simplemente lo supe.

– ¿Supiste qué? – pregunté mientras R.M se inclinaba para correr sus labios a lo largo de los míos.

– Que eras mío. Y viendo hacia atrás incluso a ese día cuando nos conocimos por primera vez, eras mío entonces. No en la manera en que mi verga quiere reclamarte ahora, pero de alguna manera hizo que me importara y a mí no me importan muchas personas, Jinnie, pero ese primer día. Me importaste. Así que no, no voy a sólo besarte e irme. – él levantó la parte de atrás de su camiseta sobre su cabeza y la arrojó. – Porque no voy a detenerme en un beso. No voy a detenerme hasta que seas mío en cada puto sentido. Trataré de no lastimarte, pero esto va a suceder justo en este puto momento. Te advierto que te deseo demasiado, mi versión de amable todavía puede ser realmente fuerte. – los labios de R.M otra vez encontraron los míos y su lengua bailó con la mía. Mi corazón martilleaba en mi pecho y estaba tan duro entre mis piernas, moviendo mis caderas hacia adelante mientras intentaba encontrar algún tipo de fricción, el cual iba a ser imposible dado al largo R.M en la diminuta cabina de la camioneta.

03. ILEGAL ||NAMJIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora