Un Enredo de Mentiras & Secretos

Capitulo VII

Domingo 6 De Enero Del 2020
8:35 am.
Actualmente en la Iglesia de Brevard
Catalina Gastrell

Esta mañana desperté con la idea de hacer algo diferente, siempre hago la misma rutina y como todos saben las rutinas tienden a aburrir, la misma costumbre de siempre aburre, arta, fastidia. No puedo cambian mi vida del todo y no es como que quiera hacerlo, simplemente me gustaría.... no se ni que me gustaría para ser honesta, estoy confundida y la confución en mi estado depresivo no es buena señal, creo que lo único que me gustaría es regresar al pasado y remendar mis errores.

El coro de la iglesia canta al compás de las personas a mi alrredor, todas intentando alinear la melodía y llevarla al mismo acorde y compas que los músicos de la iglesia, en su mayoría familias completas con sus hijos, niños y adolescentes que se ven inmensamente felices, el sacerdote que está frente a todos nosotros reza a Dios con tanta fe y fervor que por un momento creo en sus palabras cuando dice que existe un Dios todo poderoso, un Dios que lo puede todo, y inevitablemente me pregunto donde estuvo ese mismo Dios cuando mi familia se destruyó, cuando mi propio padre, el hombre que me dio la vida, el hombre que me enseñó el "respeto" se dedicó a hacerme daño y no solo a mi si no a toda mi familia destruyendo la vida de su hija de la peor manera posible, destruyendo la vida de su nieta.

Tengo años sin pisar este lugar y si lo hice fue por que creí que tal ves me sentiría mejor al venir aquí pero lo cierto es que no me siento para nada mejor, todo lo contrario, con cada segundo que paso encerrada en estas cuatro paredes confirmó mi sospecha. No aguantaré mucho estando aquí.

Como dije hace un momento, tenia mucho tiempo sin venir a este lugar y los cambios que tiene la gran iglesia son prueba de eso. Cambiaron las feas bancas blancas de madera y fueron reemplazadas por grandes y anchas bancas de madera con respaldo y en la parte de atrás tiene tallada un cáliz con una cruz encima de esté, el detalle en sencillo pero destaca. Hay muchos cuadros se en las paredes, cuadros grandes con seres divinos, angeles, santos y algunas imágenes más con la virgen divina. En bajo cada cuadro se encuentras grandes jarrones con aspecto antiguo y lleno de rosas blancas, rojas y amarillas. Del techo cuajan grandes candelabros dorados que combinan con el color de la amarillo bajo que está pintada la iglesia y en el frente se encuentra la una silla o más bien un trono en el que se sienta el sacerdote, también se encuentra una gran mesa de madera en donde el padre tiene una gran bíblica, también está un cáliz y un tipo de vino, me imagino que es el vino divino de Dios. En la segunda planta de la iglesia se encuentra el coro y la casa del sacerdote. También ahí un jardín afuera y dos baños en la parte de atrás.

Un hombre llama mi atención por completo, está en la banca que se encuentra aún lado de en la que me encuentro yo, el está en la esquina de está y yo estoy en el medio aún lado de mi está una anciana y de el otro una niña de unos ocho años, pero aún así puedo verlo bastante bien, es alto y robusto, tiene una delicada barba de pocos días y su cabello castaño de unos cinco centímetros lo tiene desordenado, su piel es morena con sus labios son rosados, gruesos y toscos. Es atractivo, muy atractivo.

Probablemente debería sentirme como una zorra por pensar en un hombre de esa manera y peor aún que es observarlo sin disimulo alguno, soy casada, si, lo se y me lo repito a diario. Pero mi esposo tiene años que no me toca, años en los que se la pasa encerrado en el trabajo. Y a mi me desatiende por completo, se que su trabajo es importante para el pero cuando viene a casa, ¡¿no debería al menos querer pasar una buena noche con su mujer y olvidar un poco la mierda de vida que nos rodea?!, no, nunca lo hace y durante mucho tiempo me eh tocado pensando en el, eh tenido orgasmos imaginando que sos sus dedos los que hacen que me corra, y si, ya lo se, eso es patético, entonces decidí dejar de sufrir por su ausencia. Las veces que quise acercarme a él, me rechazaba de forma grosera diciendo sus malditas frases estupidas, frases a las cuales yo ya estaba acostumbrada; "Catalina, estoy cansado" "Cati, no tengo tiempo" "Cielo deja que duerma estoy agotado" Siempre son esas sus frases o sus excusas como las llamo yo. Y hoy decidí que saldría a cambiar eso. Tal ves después me arrepienta pero igual ¿Cuanto mas jodida puede estar ya mi familia?, no creo que se pueda estar mas desdichada y de igual manera pienso arriesgarme, ese fue mi segundo motivo por el cual viene a la iglesia, en este pueblo los hombres se aburren de sus esposas o más bien corrección los hombres siempre después de cierto tiempo se aburren de sus esposas y ese debe ser el caso de mi marido, entonces, ¿por qué no pasar también yo un buen rato con el marido de alguien más?.

El hombre que estuve observado hace unos momentos también me lanza miradas suspicaces, casi coquetas, se que soy guapa, tengo 40 años más no estoy tan vieja, aparte siempre me ah gustado cuidar mi cuerpo y mi rostro también. Soy rubia, tengo un buen cuerpo y también soy delgada, trigo un vestido rojo que llega asta el muslo con una abertura ahí mismo, con unas medias negras y unas ligeras zapatillas negras también, estoy vestida de una manera elegante pero provocativa, traigo elegante saco dorado que combina con el color de mi cabello y estoy ligeramente maquillada.

Le doy una mirada al tipo y lo pillo observándome con una lujuria en sus ojos que tenía años que no veía en la vista de un hombre lo cual causa que una serie de escalofríos aborden mi cuerpo, muerde sutilmente su labio superior y barre mi cuerpo sin pudor alguno, cuando sus ojos se encuentran con los míos un brillo malicioso adorna su mirada, sus ojos color miel me descolocan por completo eh inevitablemente aprieto mis muslos intentando calmar el deseo que comenzó a formarse en mi entrepierna, estoy húmeda, no, joder estoy empapada.

El mira a la mujer que se encuentra a su lado y supongo que debe ser su esposa, vamos, no dejes de mirarme. Tomo la iniciativa, le digo a la anciana que si me da permiso de pasar pues me urge ir al baño y está asiente, antes de desaparecer por completo vuelvo a mirarlo y el tiene su vista fija en mí, así que le doy una sonrisa de lo más descarada invitándolo a que me siga al baño, es algo prohibido, algo sucio, y sin duda excitante.

Puedo sentir la humedad palpitar en mi interior, no se cuanto aguante el extasía que corre por mis venas, joder necesito a un hombre, alguien que se incendie conmigo en el peligroso fuego que estoy creando y entonces las dudas aparecen, ¿y si no me sigue? ¡Que tal y el si tiene una familia feliz y yo estoy de zorra tentando su cordura!, Maldición, lo mejor sería que me fuera sin embargo quiero ver que tanto control tiene aquel hombre, quiero saber que tanto ama a su esposa.

Baje lentamente las escaleras de piedra de la iglesia, y me encaminé a los baños, en cuento pongo un pie dentro del pequeño cubicolo cierro la puerta de fierro y me quedó un momento observando mi reflejo en el espejó que se encuentra frente a mi. Tengo las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes de deseo.

Cuando abro el grifo para frotar algo de agua en mi frente, la puerta de la entrada se abre abruptamente dejándome anonada un par de segundos, entonces su figura masculina apareció en mi campo de visión, tenía una sonrisa ladeada la cual gritaba en cada fragmento de ella la palabra "peligro", sus ojos color avellana provocaron un vuelco en mi corazón y por un momento que quede como estupida observándole.

El había venido a mí y eso era demasiado excitante. Así que, ¿por que no?, ¡Que el juego comience!.