Capitulo V

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Sábado 16 de mayo del 2020
                                               17:30 Horas
Mathew Beasley

Tengo cinco minutos parado frente a la ventana de mi habitación, hace cinco minutos llego el taxi que estaciono frente a la casa, el taxi, que dejo a Ellie frente a la propiedad. Sin embargo, mi hermana sigue sin atravesar el portón de la entrada. Esta casa es grande, mi padre es un buen abogado que trabaja en la ciudad de Nueva York, es un hombre reconocido y prestigioso debido a su trabajo y esa es también la razón por la cual casi no está en casa, y aunque lo esté no es como que pase tiempo con sus hijos y su esposa.

Mi madre debe de estar en la cocina preparando la comida preferida de Ellie, esa es su bienvenida o eso fue lo que ella dijo ayer en la cena. La casa es de dos plantas, abajo está el jardín de enfrente con la piscina, y el jardín de flores que Ellie planto de niña, dentro de la casa en la planta de abajo está la cocina, la sala y el comedor y en la planta de arriba están cuatro cuartos, está el gimnasio, y una pequeña oficina en la que se la pasa encerrado mi papá cuando está en casa. Cada habitación tiene su cuarto de baño y eso es todo. La casa tiene un toque moderno, y todo lo escogió mi madre a sus gustos, no hay espacio sin decorar; cuadros de la familia, de paisajes, jarrones en las esquinas con flores artificiales, pequeños estantes con jarrones y figuras de vidrio.

La puerta blanca del cuarto de baño se habré y de esta sale la chica con la que dormí anoche, no recuerdo ni su nombre, lo que si se es que durmió asta las 4:00 de la tarde y si despertó fue por que me subí enzima de ella para darle su despedida. No puedo negarlo es muy linda, su cabellera es negra y su piel es blanca, además su cuerpo es perfecto, tiene algunas curvas y de su busto es exótico, tal como me gusta, así que.... ¿que más puedo pedir?, inconscientemente mi mente viaja a esa chica delgada y pelirroja que se pasea por los pasillos con la cabeza gacha intentando pasar desapercibida ante todos, Támara Sweet, la chica invisible del instituto y también la chica más hermosa que eh visto, chica que odio por el simple hecho de que no la puedo tener, aunque quisiera hacerlo.

-¿Por que te quedas como idiota viendo a la nada?- La chica Laila creo que se llama, me saca de mis pensamientos, tiene el ceño ligeramente fruncido y está vestida con el vestido rojo y diminuto que traía ayer.

-Por nada que te importe, Laila. Y ahora que ya estás despierta podrías largarte,-Pregunté dándome la vuelta para darle otra ojeada a la entrada, Ellie sigue sin entrar.-Tus ronquidos no me dejaron dormir ni en la noche ni en la tarde.-Su cara se torna roja y es muy obvia su molestia, pero es mejor hablar claro. No me interesa una relación y por ende no tiene que meterse en mis asuntos.

-¡Vete a la mierda Beasley!, No tienes ningún derecho de tratarme como si fuera un zorra. Y para aclararte no me llamo Laila, me llamo Lara, ¡Estupido!-Suelta brusca, mientras toma sus zapatillas de tacón que hace un momento estaban regadas en el piso sin orden alguno, no ira a aventarme un taconazo, ese sería el colmo después de utilizar mi cuarto como hotel con letrero de "Abierto las veinticuatro horas" fue una follada y ya está, debería de darse por bien servida y largarse de una maldita ves. Eso es lo que me molesta de las chicas, que crean que por follar una noche de borrachera con un desconocido y recalcó desconocido, crean que eso ya les da derecho de reclamar y exigir una relación formal. "¡No me Jodan! Sexo es sexo y ya está" siempre les aclaro ese punto pero siempre lo olvidan y me hacen este tipo de putos dramas. Levantó mi ceja en fastidio y le señaló la puerta de manera grosera, toma su bolso del sillón que está junto a la puerta y se larga dando un portazo, ni un "gracias por darme la mejor follada de mi patética vida" que grosera.

Vuelvo mi vista hacia la ventana y observo cómo una Lara muy molesta camina casi corriendo asta el portón de mi casa, y en cuanto lo abre Ellie estaba apunto de abrir con sus llaves o eso parecía. "Dios, como a cambiado mi hermanita" Ellie le dice algo a la chica pero esta la empuja y sale pasa por su lado, Ellie voltea a ver a la chica y le grita algo.

Toma bruscamente su maleta y la mete dentro de la casa, veía sus fotos en Instagram, sabía que avía cambiado mucho pero no imaginé que tanto. Su cabello rubio como el de mamá, lo tiene asta la cintura con lindas ondas, trae un vestido suelto y floreado con unas zapatillas rosa. Su cara no puedo apreciarla desde aquí sin embargo parece que trae algo de maquillaje. "Sin duda mi hermanita ya no es ninguna niña" y entonces el dolor se hace presente.

Fui un cobarde por no estar para ella cuando mas me necesitaba, fui un cobarde por haberla dejado sola en su sufrimiento, pero, ¿cómo liderar con la idea de que lastimaron a tu hermana en tus malditas narices y tú nunca te diste cuenta? Simplemente no podía ni verla a la cara sin culparme por lo que paso. Y si de algo estoy seguro es que ella jamás me lo perdonará, ni a mi ni a mis padres tampoco, por que ellos también la abandonaron.

Yo durante años estuve metido en drogas debido al dolor, era la única manera de olvidarme de todo. Primero empecé con la hierba pero después empecé a probar cosas más fuertes, mi vida se volvió una mierda, y no por que mis padres se quedaron quiere decir que nos apoyamos, por que no fue así, estamos tan podridos que cada quien se encargó de liderar con su vida de porquería, mi padre duró meses en poner un pie en casa y mi madre se la pasaba en su cuarto llorando y tomando pastillas para dormir, al final de cuentas cada quien se encerró en su mundo de dolor. Yo llegaba en las madrugadas drogado o con alcohol en mi sistema, otras ni siquiera me dignaba en aparecer, mis notas en la escuela bajaron pero eso lo solucionó mi padre donando una gran cantidad de dinero al instituto "Desinteresadamente".

Pero hace un año todo eso cambió, deje de drogarme, y aclaró que es más difícil de lo que suena, mi cuerpo ya estaba acostumbrado a todas las porquerías que le metía y cuando deje de hacerlo viví lo peor, la antiedad y desesperación de querer drogarme eran tan grandes que tenía que pedirle a mamá que me encerrara bajo llave y evitara a toda costa que saliera de casa en mis episodios de desesperación. Varias veces intenté salir pero siempre lograba controlarme.

Repito que todo eso fue ase un año pero no lo decidí solo por quisiera dejar las drogas. No, si elegí cambiar fue por mi madre, fue por que yo la encontré tirada en su cama casi muerta por averse tomada medio bote de pastillas. "Mi madre intento matarse" quiso acabar con su vida por que ella también estaba sufriendo, y no estaba dispuesta a perderla a ella también, así que deje todo atrás y me concentre solo en el bienestar de mi mamá, recordar el momento en el que la encontré en ese estado, provoca un vacío en mi interior, temí perderla, temí lo peor, lloré ese día como nunca había llorado, saqué todo el dolor que durante años guarde, y sentí un alivio inmenso cuando después de horas salió el doctor y me informo que mi madre ya estaba estable, gracias a que la lleve a tiempo si no tal ves no la hubieran salvado.

Estas desgracias que pasan a lo largo de la vida nos abren los ojos, de una manera cruel tal ves, pero nos quitan la venda que siempre traemos puesta, mostrándonos la cruda realidad, nos hacen apreciar lo que tenemos antes de que sea tarde, antes de que lo perdamos para siempre.

Mi padre también entendió la gravedad del problema y aunque siga sin venir seguido a casa, diario habla con mamá por teléfono, al menos a ella le marca y yo estoy bien con eso.

Después de que paso todo eso mi madre asistió a terapia Psicológica, una ves a la semana la acompañaba al consultorio y mientras ella entraba yo me quedaba en la sala de espera leyendo aburridas revistas o revisando las redes sociales.

Entonces al final de cuentas todos sufrimos igual, tal ves no mi hermana crea que ella es la que está más jodida y tal ves si lo esté pero a todos nos afecto, todos sufrimos por lo que le pasó, sufrimos por la impotencia de no poder regresar el tiempo atrás y vamos a sufrir siempre por que lo que paso nos marco para siempre, tanto a ella como a nosotros, dejando una fea cicatriz por fuera, pero la cual sigue abierta por dentro, sin poder siquiera cicatrizar.

Agarro todo el valor necesario y salgo de mi habitación para reencontrarme con la niña que tengo seis años sin ver, sin abrazar. A la ñiña que desgraciadamente no pude salvar. Mi hermanita,la chiquilla con la que crecí, la que se enojaba por que me comía su cereal y le escondía sus muñecas, la niña feliz que ahora es una mujer y de la cual esa felicidad hace años quedó extinta dejando dolor y vacío en su corazón, borrando el brillo de sus hermosos ojos y remplazandolo por lágrimas y heridas que ninguno de nosotros puede sanar.

Un Enredo de Mentiras & SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora