¿Que pasa cuando un pueblo está rodeado de secretos, mentiras, y oscuras perversiones?
¿Que pasa cuando los habitantes ocultan secretos abominables para que los suyos mismos se mantengan ocultos?
Y mejor aún...¿Que va a pasar cuando ella desaparez...
Matthew llevaba alrededor de una hora conduciendo, pasábamos árboles, casas y más árboles sin encontrar destino alguno. Cuando recién habíamos salidos del colegio le mencioné que vivía del lado contrario al que conducía, más su respuesta fue bastante peculiar. —Te dije que te llevaría, más no te dije a donde— esas fueron sus palabras y después de eso no quiso contestar más de mis preguntas, a pesar que ya le eh bombardeado más de tres veces queriendo saber el lugar a donde vamos, lo curioso aquí es que a él no parece fastidiarle mi parloteó pues no dice una sola jodida palabra.
Welcome To Muy Life de Simple plan suena en el estéreo de música, pero ni siquiera el sonido de está impide que esté tan consentrada escuchando perfectamente la respiración del chico que se encuentra a lado de mí, es calmada pero inquietante a su ves, tanto, que incluso logra intimidarme su presencia, me bloquea la mente, me deja en blanco y lo peor es no se ni que tipo de tema de conversación sacarle para intentar romper el hielo.
El parece nervioso, tal ves lo esté o tal ves yo estoy tan nerviosa que quiero imaginar que el se siente del mismo modo para tranquilizar un poco mi estabilidad mental, Por qué si, mentiría si dijera que no estoy nerviosa ya que sí lo estoy y confundida también. Matthew es un misterio que no estoy segura de querer descubrir, a simple vista parece el típico chico guapo, arrogante, presumido y nada más. Más sin embargo creo que muestra todo aquello que las personas queremos ver en él, creo que se mantiene oculto, lo que no se es el por qué oculta su verdadero ser, pareciera que le avergüenza ser tal cuál es y por eso vive bajo una máscara de soberbia.
Lo eh estado observando demaciado y sus acciones corporales me demuestras lo incomodo qué tal ves comienza a sentirse... por ejemplo; los músculos de sus brazos se tensan al apretar el volante, las venas de su cuello se marca cuando intenta hacerse el indiferente a la realidad, aveces me dedica pequeñas muecas que semejan una pequeña sonrisa, llevo aproximadamente una hora con él y sin la necesidad de que me cuente su vida comencé a leerlo y analizarlo. Pocas personas saben observar, ojo no confundas el ver con el observar, no voy a decir que todos tenemos el sentido de la vista, por qué desgraciadamente no es así, existen las incapacidades, muchos podemos ver pero no todos nos tomamos el tiempo de observar. Bueno, Matthew es algo lindo de lo cuál no me cansaría de observar.
—Si sigues mirándome de ese modo voy a comenzar a preocuparme.— de la nada su vos se hizo sonar por encima de la música logrando que apartará de manera rápida la mirada de su persona, sentí mis mejillas arder y no es para menos con tremenda pillada que me metió. Al ver que no fuy capas de responder a su comentario soltó una carcajada, la carcajada más sexy y ronca que volvió mis pies gelatina, joder agradezco verdaderamente estar sentada sino ya hubiese desconocido la gravedad.
Pasaron alrrededor de 15 minutos más, cuando Matt se estacionó aún costado de la carretera en medio de la nada, creí que iríamos a algún pueblo cerca de aquí, a comer algo tal ves... (mi estómago lo agradecería muchísimo), pero al parecer me equivoqué, volví mi mirada hacia él y me tope con sus insistentes ojos observandome con fija atención.
—¿y bien?, Espero que no tengas problemas con las caminatas por el bosque y los mosquitos de montaña. —Dijo sin dejar de mirarme y con una sonrisa en los labios, ¿Cómo es que se respiraba?, Vamos Tamara déjate de bobeses y consentrate.
—Emm, no creó estar vestida para una caminata en medio del bosque — dije señalando mi atuendo — los mosquitos me comerán viva. — le respondí, devolviéndole una sonrisa de boca cerrada. Él me estudio con atención unos momentos con una pisca de diversión en su rostro, cosa que no me sorprende, tal ves no conozca demaciado a Matthew pero lo eh observado y me eh dado cuenta de sus expresiones, sus ojos son de lo más pícaros eh intensos, son muy coquetos sin que siquiera él mismo se lo proponga, tal ves por eso medio pueblo quiera estar con él.
Pero entonces la realidad me golpeó de la peor manera posible. Matthew podría estar con cualquier chica que quisiera, ¿entonces que es lo que hace conmigo?, la fama que se carga es demasiada, es un mujeriego a toda regla y yo le asegure a Ellie que no caería en las redes de su hermano, ¿Entonces que carajos estoy haciendo aquí con él?, ¿Por qué decidí tomarle la palabra y subir a su coche?, Esto fue un error yo no debí venir con él y él nunca debió invitarme. Tengo tantos problemas en mi cabeza que no puedo sumarle otro a la lista y eso es lo que Matthew significa a simple vista, problemas. Ni siquiera su infinita belleza puede cambiar eso. Él pareció darse cuenta de mi cambio de ánimo por qué garraspeó llamando mi atención ya que me había quedado observando a través de la ventana del auto algún punto fijo.
—No voy a hacerte daño Tamara— aclaró pensando que mi temor era que me fuese a lastimar físicamente, pero la realidad es que a lo que le temía era que me hiciera daño emocionalmente, soy una persona débil y mientras más personas dejes entrar en tu vida, más personas tendrán el poder de destruirte. Otro punto es el hecho de que no tengo idea de las intenciones de Matthew, paso de prácticamente odiarme a invitarme a pasear con él. Eso es raro y confuso también.
—Se que no me vas a hacer daño— respondí tangente — es solo que no se que es lo que quieres de mí, nunca habías cruzado palabra conmigo a excepción de cuando tú y tus amigos se reían de mí y de la nada me hablas y te ofreces en salir conmigo, eso es... —por unos segundos busque la palabra adecuada, él me escuchaba con atención y había algo más en su mirada ¿Dolor?, ¿Desepcion?— extraño. — termine por fin, soltando un resoplido y acomodando unas hebras de cabello que el viento atrajo a mi rostro. Matthew le dió unos pequeños golpesillos al volante con sus dedos, soltó un suspiro y se giró en el asiento encarandome.
—Eres demaciado parlanchina para ser tan callada, Tamara. — Saboreo mi nombre en sus labios y una sensación extraña creció en mi vientre, verlo sentado de ese modo tan despreocupado y con sus tentadores labios curvados en esa sonrisa burlona se veía demaciado perfecto, tanto que solo estaba poniendo mis nervios de punta. Él sabe lo que hace, sabe la sensación que causa en las mujeres, esa atracción que es imposible no sentir, pose mi vista en sus ojos aguantando la sensación de debilidad que crecía en mí, no apartaría la vista, no le demostraría mi nerviosismo. Y soltó una risa que me hizo aguantar la respiración y es que si tan solo pudieran escuchar la bella melodía que sale de sus labios me entenderían. —Bueno, eres demaciado tonta también.— aclaró riendo abiertamente, y yo solo me quedé en signos de interrogación, ¿Que carajos? O sea aparte de que no respondió absolutamente nada de mis dudas que le dije hace unos momentos, todavía de pilón y para rematar me dice tonta, ¿Pero esté de que va? Y la extraña soy yo eh.
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