Capitulo IX

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Viernes 14 de Agosto del 2020
                                              3:45 am.
Tamara

Los seres humanos somos demaciado complejos, todos vivimos de fingidas apariencias, a simple vista logramos parecer personas comunes y bastante simples más dentro en nuestra cabeza pensamos de manera diferente o como en muchas ocaciones: actuamos de manera diferente.

El dolor no siempre tiene que ser físico, aunque para serles honesta yo hubiera preferido algún golpe en mi cuerpo a un profundo corte en mi piel, pues el dolor físico pasaría, pero el dolor psicológico que ella dejó dentro de mí, no logró curarlo ni el mejor de los psicólogos o psiquiatras.

Todos en alguna ocacion de nuestra vida nos aferrados a alguna persona, negandonos rotundamente a algún día perderla. Esa persona puede ser nuestra madre, la mujer que nos dio la vida y de la cual no imaginamos vivir una sin ella a nuestro lado, o en mi caso esa persona puede ser una hermana mayor, mi hermana.

Camill, ese era su nombre y digo era por que como ya se debieron de dar cuenta Camill ya no está. Me gustaría al menos decir que murió en algún accidente o de alguna enfermedad crónica tal ves. Lo cierto es que mi hermana no murió de ninguna de esas maneras eh incluso ni siquiera estoy segura de que ella esté muerta pues su cuerpo nunca apareció. Ella simplemente desapareció en la oscuridad del bosque con algunos amigos suyos y nunca regresó y tampoco ninguno de sus compañeros de grupo.

Recuerdo aquel dia como si hubiese sido ayer y es que el dolor sigue tan vivo y presente que no logro asimilar que ya hayan pasado nueve años desde aquella maldita noche en la que mi vida cambió. En la que mi vida se volvió tan sombría y siniestra que tuve que aferrarme a la única manera que en ese momento me resultó coherente para poder seguir con mi patética vida, después de tratar a tantos doctores que solo me daban el mismo diagnóstico trastorno de estrés postraumático y otorgándome medicamentos que solo empeoraba mi dolor pues me causaban demaciado sueño y ahí las pesadillas me inundaban, su pérdida, el hecho de jamás volver a verla eran suficientes para que mi mente formara las más abominables pesadillas. Decidí actuar por mi misma, ella de igual manera jamás volvería o eso dijieron los oficiales a cargo de su búsqueda. Decidí que Camill solo fuera un mal recuerdo nunca existido, me aferre a la idea de que mi hermana jamás nació, me aferre a que nunca tuve una hermana mayor que me cubría de todas mis travesuras, me oblige a olvidar todas esas noches de pillamadas juntas, a esos abrazos cuando alguna de las dos se sentía triste. Me aferre a todo eso y lo oculte en el fonde de mis recuerdos. A pesar de la gran diferencia de edades Camille y yo éramos demaciado unidas, ella me cuidaba mucho más de lo que lo hacía mi madre, ella era mi todo, mi mundo y cuando desapareció una parte de mi se fue con ella.

Ese día ella quedó con sus amigos de clase para ir al bosque de noche y hacer cosas de grandes me dijo cuando se despedía de mi y salía a cuartillas de casa.

¿Ahora ven por que no puedo vivir con todo esto que paso?

Camille se comenzó a salir de casa cuando entró a la preparatoria y conoció a Scoot, su novio. Mis padres nunca quisieron que ella saliera con él por que en la comunidad lo tenían fichado como el tipo problemas, el tipo arrogante y cínico. Así que cuando Camill les contó a mis padres que estaba saliendo con Scoot, ellos no reaccionaron de la manera que ella esperaba. Mi padre le prohibió volver con él y mi madre estuvo de acuerdo con él. Ese dia trataron de lo peor a mi hermana diciéndole que si estaba demasiado hurgida como para salir con semejante tipejo, esas fueron las palabras de mi padre y cuando Camill se rehusó a terminar su relación con Scoot eh incluso a causa de la rabia le soltó a mi padre que él ya la había hecho suya y por ende lo seria siempre, en cuanto papá escucho aquellas crudas palabras saliendo de la boca de su hija no reacciono a sus actos y la golpeo hasta que se canso, le dio en la cara, en el cuerpo y no se detuvo apesar de los gritos míos y de mi madre, del llanto que ambas derramabamos al ver el cuerpo inconsciente de Camill tendido en el piso y con sangre esparciendose de él mientras el seguía dando crudas y violentas patadas al cuerpo inerte de mi hermana. En ese momento odié de la peor manera a mi padre y ese resentimiento nunca desapareció, una ves que la Vill bestia saseo su caraje fue cuando cayo en cuenta de lo que había hecho.

Yo y mi madre levantamos a mi hermana y llamamos al medico familiar el cual quiso denunciar a mi padre por el maltrato que ejerció en mi hermana más mi madre negó rotundamente alegando que perdió la cabeza por el coraje. El doctor le aplicó varios medicamentos a mi hermana aparte de recetarle analgésicos y pomadas para la inflamación de los golpes. Esa noche me quedé a cuidar de ella y con el miedo de que a papá se le ocurriera volver a golpearla, yo solo tenía nueve años así que aún no comprendía bien todo aquello.

Camille despertó en la madrugada y lo primero que inundó la habitación fue su llanto y sus sollozos, yo me sentía verdaderamente mal al no poder ayudar a mi hermana, pero en muchas películas de adolescentes veía que las chicas se escapaban para ver a sus chicos así que le propuse a mi hermana que viera a Scoot por las noches ya que mis padres le aclararon que no podría salir más que a la escuela y que avisarian a la misma de que no querían que estubiera cerca de Scoot o le pondrían una orden de alejamiento. Ahora que los años me hicieron madurar, un poco al menos, me odio a mi misma por sugerirle semejante cosa a mi hermana y más por cubrirla para que ella saliera por las noches a ver a su novio. Si yo hubiese sabido que en una de esas salidas ella, su novio y sus amigos desaparecerían sin dejar rastro alguno, jamás le hubiera ayudado a escapar, jamás le hubiera robado la llave de la puerta de la entrada a mi madre, jamás hubiera hecho todas esas locuras que cualquier niña haría por ver feliz a su hermana.

Me encontraba sentada en la cama de mi habitación, pensando y meditando en todo lo que durante años me había negado a recordar, y esque desde que veo el cuarto de mi hermana entreabierto todos los recuerdos aparecieron y consigo las pesadillas.

La semana transcurrió demaciado rápido, y el único momento en el que olvidaba toda la mierda que me rodeaba era en la escuela y era gracias a Ellie, en estos días logramos conocernos más y nuestra amistad creció. Sin embargo seguía dudando que durara mucho debido a su hermano Matthew, cada ves que nos veía juntas quería matarme con la mirada y no entendía el por qué.

En casa mis padres cada ves discutían más a causa de la infidelidad de mi padre, seguía sin entender su maldito descaro de exigir sus derechos después de lo que hizo. Yo en una ocasión le corrí y como era de esperarse este me soltó una fuerte cachetada a la cual mamá intervino enseguida amenazándole que llamaría a la policía como me volviera a golpear.

¿Valla vida la mía no?, valla mierda en la que vivo.

Un Enredo de Mentiras & SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora