Capítulo 4

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"Los diarios de mi padre me inspiraban, pero yo no me animaba a empezar el mío

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"Los diarios de mi padre me inspiraban, pero yo no me animaba a empezar el mío. Pensaba durante horas qué escribir, queriendo plasmar algo hermoso desde la primera línea. Sin embargo, el día que ocupé la primer página no pude expresar algo que no fuera dolor"

𝐸𝑙 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝐴𝑟𝑖𝑜𝑛
꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

Jadeó de cansancio al tener que empujar aquella pesada caja para obtener acceso a las demás, estornudando por el polvo acumulado que flotaba en el aire cada que movía o sacudía algo.

Habían pasado un par de semanas desde aquel desayuno tan catastrófico que marcó la ruptura final de su relación con su madre y la extinción definitiva de la esperanza que aún había guardado su ingenuo corazón infantil. Las cosas no habían hecho más que empeorar desde entonces. Con el fin de prohibirle el contacto con el resto de personas para evitar cualquier posibilidad de un escándalo, se le había contratado una institutriz que le impartiera los conocimientos básicos en lugar de enviarla a la escuela. Tampoco los acompañaba en las salidas familiares los domingos o los viajes vacacionales. Se convirtió entonces en un fantasma que recorría la casa y apenas fingía una sonrisa cuando llegaban visitas, una muñeca que debía guardar silencio al ser utilizada y rebuscar en las memorias de un muerto para no sentirse tan sola.

El día que se mudaron a la casa de Sage, las cosas de su padre habían sido abandonadas en una pequeña habitación como si fueran basura. Desde que las cosas se pusieron peor, Arion había decidido buscar entre las cosas de Frederick, pensando que quizás así podría sentirse cerca nuevamente de la única persona que la había amado de verdad y nunca había tratado de hacerle daño.

Se topó con varias partituras que le trajeron vagos recuerdos de las tardes frente al piano, donde el músico le enseñaba apasionadamente acerca de su profesión. Encontró fotos viejas de sus padres en la fecha de su matrimonio, el embarazo de Charlize y sus primeros años de vida junto a sus padres. Halló también algunos instrumentos oxidados, libros, boletos de tren y una biblia junto con otros objetos religiosos dado que había sido un hombre muy creyente. Sin embargo, lo que más le había gustado fue el conjunto de diarios escritos por él, en donde relataba experiencias y sentimientos de todo tipo, haciéndola sentirse más cercana a él.

Aquellos relatos eran mejores que cualquier texto que hubiera leído antes. Lograban inspirarla tanto que incluso llegó a plantearse el escribir ella misma su propio diario.

"La escritura libera el alma"

Había leído en una de las líneas en las que su padre se desahogaba. Podía ser una tontería, pero a lo mejor si ella comenzaba a escribir para desahogar todos sus sentimientos a través de tinta y papel, el dolor podría ser más llevadero. Estuvo bastante indecisa al principio al creer que no podría escribir algo tan lindo como su padre. Es decir, Charlize y Manigoldo ya se habían encargado de decirle en múltiples ocasiones que no era más que un estorbo o una buena para nada y, en el caso del último mencionado, agregar que como mujer servía únicamente para abrir las piernas. Pero con las palabras de su papi resonando en su cabeza, al final se animó a tomar un cuaderno y una pluma.

Diario de una ninfómana┆Saint Seiya. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora