Capítulo 3

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"Siempre pensé que papá y mamá estarían ahí para mí cuando yo los necesitara, ellos mismos me lo habían dicho, pero papá murió y mamá se convirtió en un demonio

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"Siempre pensé que papá y mamá estarían ahí para mí cuando yo los necesitara, ellos mismos me lo habían dicho, pero papá murió y mamá se convirtió en un demonio. Yo no la reconocía, y ella, para desgracia mía, había dejado de amarme hace mucho tiempo. El único consuelo que encontré entonces fue aferrarme a la memoria de un muerto"

𝐸𝑙 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝐴𝑟𝑖𝑜𝑛
꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒦

Sus ojitos se elevaron hacia la bóveda celeste, observando con un brillo cargado de convicción y esperanza la estrella fugaz que había surcado el profundo azul oscuro como un destello, llenando su corazón de una ingenua emoción.

Hace casi una hora que se encontraba con los codos apoyados sobre el marco de la ventana y los cristales abiertos, con el fin de poder observar el cielo nocturno. La presencia de las tintineantes estrellas en el infinito eran algo que lograba calmarla, convirtiéndose la dama plateada y todo su séquito de luces brillantes las únicas confidentes de la niña, quien no hallaba más forma de desahogarse que contando sus problemas a la luna en vista de que su madre no la escuchaba.

El frío de la brisa que recorría las calles londinenses en la madrugada tenía sensible su nariz, pero al menos la había ayudado a secar sus lágrimas. Cuando Manigoldo abandonó su habitación cerca de la medianoche, Arion no pudo conciliar la paz ni el sueño nuevamente, rompiendo en un llanto mudo que empapó la almohada. En busca de un poco de aire abrió la ventana, quedándose allí al ver la noche despejada.

A veces hablaba al cielo como si los astros pudieran escucharla, otras, se dirigía al firmamento como si su padre residiera en el espacio sideral. Ese se volvió su consuelo luego de ser rechazada tantas veces por su madre. Sentía que la molestaba cuando la buscaba y, siendo su madre su única familia con la que mantenía nexos sanguíneos, lo último que deseaba era molestarla y que su mami se hartara de ella. No quería generarle ningún tipo de molestias, mucho menos ahora que se veía tan feliz. Sin embargo, los dos años que Charlize había empleado para sentirse como toda una princesa salida de algún cuento de hadas, Arion se había sumido en una pesadilla que poco a poco la consumía.

Creyendo en aquel dicho popular que afirma que las cosas buenas se hacen esperar, ella cerró sus ojos y rezó durante muchas noches, sopló las velas de sus pasteles de cumpleaños con devoción, se emocionó con el paso de esa estrella fugaz y le suplicó desde lo más profundo de su corazón cambiar su situación. Estaba cansada, y aunque su cuerpo se había acostumbrado al abuso, cicatrizando sus heridas externas, las heridas en su interior no hacían más que crecer con cada ocasión. Con el paso de los días su alma se quebraba y era teñida de un opaco negro gracias a las personas que le rodeaban.

Pidió el deseo con tanta convicción esa noche que la dejó destrozada lo que sucedió al día siguiente...

ཻை⃟ۡ✥ᬽ

Diario de una ninfómana┆Saint Seiya. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora