Un Buen CEO ; Jimsu

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Yoongi solo podía ver el vaso con agua sobre la mesita de noche de madera de roble, miraba como el agua reflejaba todo a su alrededor, incluso a él.

Puso sus manos en sus piernas e intento guardar sus nervios para el mismo mientras sentía como todo su cuerpo se erizaba al recordar el comportamiento de Jimin.

Estaba asustado. Sentía que desde la llegada del pelirrojo su orgullo estaba siendo fragmentado. Sentía que cada día que pasaba el mayor lo atraía más.

Suspiro mientras se metía debajo de las suaves sábana, no iba a apagar la luz de la habitación, nunca dormía con la luz apagada, le tenía terror a la oscuridad, no le importaba ser un joven y temerle a la oscuridad.

Era un trauma que jamás había podido superar gracias a los castigos despiadados de su padre cuando era niño, lo encerraba en una habitación oscura por horas, incluso días, era tan oscura que recordaba perfectamente el pánico que sentía al no poder ver ni siquiera a el mismo solo veía oscuridad, y escuchaba lo poco que podía por debajo de la puerta, que era tapada con una matan desde afuera.

Sentía escalofrió cada vez que recordaba eso, su cara se ponía mas pálida de normal. Detestaba a su padre, solía castigarlo de maneras espantosas cuando solo era un niño. Y una de esas formas tan creativas para maltratarlo era golpearlo en las piernas dejándole marcas espantosas que duraban mucho tiempo en cicatrizar.

No odiaba a su padre, lo detestaba.

Sus pensamientos le pensaban ya en la cabeza así que decidió que era hora de dormir.

Intento cerrar los ojos, pero sintió que algo cambio en el ambiente, cuando abrió sus ojos de manera veloz noto que estaba completamente oscuro.

Sus nervios se apoderando de todo su cuerpo, suspiro profundo intentando mantener la calma, estiró la mano para prender la lámpara de la mesita de noche, pero su terror fue más cuando se dio cuenta que se había ido la luz.

—PARK—Grito Yoongi con miedo en su voz.

Dios mío esto tenía que ser la peor suerte de el mundo.

Yoongi incluso sintió que su oxígeno se atoraba en su garganta, sus manos temblaron de sobremanera y sus ojos empezaron a llorar sin su permiso.

Se sentía como cuando era solo un niño, aterrorizado y solo.

Ya ni siquiera sabía respirar, Yoongi apretó sus piernas en su pecho, recordó los golpes de su padre y el miedo que sentía cundo era un niño lo hizo llorar de una manera desconsolada.

El sonido de la puerta no desconcentro a Yoongi, seguía en su propio mundo lleno de resentimiento.

—¿Min?—Jimin pregunto una vez entro a la habitación al escuchar los sollozos desesperados de el pálido.

No recibió repuesta.

—¿Esta bien?

Tampoco respondió.