Un Buen CEO ; Jimsu

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MARATÓN 1/3

Yoongi se sintió ahogado con la colonia de Jimin, que olía realmente bien. Su cabeza estaba dando vueltas.

Jimin movia sus labios buscando más contacto mientras Yoongi solo seguía con sus ojos abiertos completamente sorprendido. No se lo esperaba para nada, había pasado semanas desde el beso de esa noche, pensó que el ya había dejado en claro a Jimin que no quería nada de eso.

Y era por no debía, simplemente no podía corresponder el beso, si lo hacía Jimin se llevaría una mala impresión de el, el no era gay, y el besar a otro hombre estaba mal visto, o eso le decía su padre cuando era tan solo un niño.

Pero, si había un pero. Los labios esponjosos de Jimin eran tan suaves que al tacto parecía adictivo. No quería corresponder, eso no estaba bien.

El problema es que últimamente eso nisiquiera le importaba, sentía cierta atracción por Jimin, tal vez por que era atractivo, pero sentía que su atención también era por ese sentido de protección, algo que nunca había experimentado.

Nisiquiera con su familia, que eran las personas que se suponía que debía cuidar de el y irónicamente fueron las que más le hicieron daño.

Pero en cambio, Jimin, el cuidaba de el, el se preocupaba por todo lo que le pasaba, si comía bien, si no lo hacía, si dormía a la hora adecuada y demás.

Pero ese era su trabajo, preocuparse por Yoongi.

Aun que jamás lo admitiría, agradecía que Jimin hubiera parecido en su vida.

Sintió cosquillas en su estómago con tan solo los suaves roces de Jimin.

Se rindió y correspondió el beso como pudo con mil pensamientos en su cabeza, sintiéndose completamente dominado por el aura fuerte de el pelirrojo.

Nisiquiera las chicas con las que se acostaba eran tan suaves a la hora de dar un beso cómo si lo era su guardaespaldas.

Jimin siguió un beso lento manejando los labios rosas de el menor en un compás suave sin apuro alguno.

Llevo una de sus manos a la nuca de Yoongi para que esté se acercará más a el y poder oler su perfume suave, era un chico que utilizaba perfume dulce.

El palido sintió que habido perdido la batalla con el demonio de la lujuria, Park Jimin.

Este último utilizo su mano libre para pasarla por debajo de la camisa de Yoongi

—P-park—Gimió cuando sintió el toque de la mano fría de Jimin en su blanca pancita.

El pelirrojo dibujo pequeña formas en la piel del menor mientras este solo temblaba por lo bien que se sentía ser acariciado de una manera tan suave.

Apoyo su cabeza en el hombro de el mayor mientras sentía la mano intrusa subir cada vez más por su torso.

Yoongi nunca recibió afecto de alguien, solo de su madre, y cuando murió, lo único recibía eran golpes contantes, nisiquiera cuando se acostaba con una chica recibía algo parecido a caricias y tanta suavidad ya que ellas solo querían follar. Pero al sentir esas caricias por todo su cuerpo que le hacían sentir cosquillas en su estómago, le pareció lo mejor de el mundo.