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Jimin abrió sus ojos por la luz que cayó directo en su rostro

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Jimin abrió sus ojos por la luz que cayó directo en su rostro.

Frunció su ceño con fastidio.

El día anterior tuvo que haber cerrado la  cortina del gran ventanal, pero como todo se había puesto tan intenso con Yoongi se le había olvidado por completo así que los fastidiosos rayos del sol lastimaron sus oscuros ojos.

Un bostezó involuntario se hizo presenté mientras los músculos de su cuerpo se estiraban y relajaban al mismo tiempo.

Había dormido muy bien, realmente profundo.

Sus ojos miraron hacía su acompañante quien seguía durmiendo plácidamente en su pecho.

Hizo una pequeña sonrisa al ver la paz de el pálido, su hermoso rostro era tranquilo.

Le gustaba sentirse bien con Yoongi, despertar con él aferrado a su cuerpo, escuchar la respiración suave salir de su nariz de botón, su corazón palpitar y la calidez de su cuerpo.

Pero se sentía incómodo, la intensidad de su corazón era demasiado, ni siquiera sabía cómo reaccionar al constante deseo de tener a Yoongi cerca. Las emociones que sentía por el menor eran excesivas para su cuerpo. Era agobiante, por qué quería ser todo para Yoongi y nada al mismo tiempo.

Eso lo ahogaba, aún no lograba acostumbrarse a las reacciones de su cuerpo con el azabache.

Suspiro pesadamente mientras veía al contrario con sus ojos de gato cerrados.

"Si sigo de esta manera voy a tocar fondo pronto, entonces estaré jodido"—Pensó Jimin frustrado.

Estaba tan confundido.

Yoongi se movió un poco de lado estirando sus brazos, al parecer ya había dejado el mundo de los sueños.

—¿Está despierto?—Preguntó, pero su voz salió demasiado ronca.

Yoongi asintió con sus ojos cerrados mientras estiraba sus pies pálidos debajo de la manta.

Era adorable ver al joven con aires de gato despertar cada mañana a su lado, era cálido. Abrasador.

—¿Yoonie, que tal la noche?

Yoongi se acercó un poco más a Jimin y abrió sus ojos brillantes haciendo al mayor sonreír de inmediato como un tonto.

—Estoy increíblemente bien—Dijo el azabache sonriendo devuelta—Dormí muy bien ¿Y tú?

—Con usted en mis brazos era imposible que no durmiera bien—Yoongi no pudo evitar soltar una carcajada que resonó por todo el lugar.

Jimin río también al ver las hermosas encías rosa asomarse dejando a la vista los pequeños dientes del menor.

Pero algo le inquietaba, no podía recordar qué era hasta que su cabeza giró hacia el reloj de su habitación, era extremadamente tarde para ir a la compañía.

Un Buen CEO ; JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora