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Jimin dejo caer a el menor sobre la acolchada cama mientras sus labios jugueteaban en ver cuál de los dos tenía el control

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Jimin dejo caer a el menor sobre la acolchada cama mientras sus labios jugueteaban en ver cuál de los dos tenía el control.

El olor a canela en su habitación hacia que Jimin se sintiera más excitado de lo normal y sintiera que debía de tocar a un más a el menor.

Su mano rodeo con cuidado la cintura de el menor mientras este temblaba por el toque de las frías manos de el contrario.

Se permitió perderse en el aroma a colonia dulce de Yoongi mientras sentía como el bulto en sus pantalones crecía cada vez que sus pieles se rozaban entre si.

Suspiró de una manera profunda, mientras sentía ese calor infernal por todo su cuerpo.

Yoongi se encontraban con solo una camisa completamente desabotonada azul que lo cubría hasta la mitad del muslo haciendo que esa imagen, de ese bello joven con sus mejillas sonrojadas, sus pequeños ojos entre cerrados y sus labios entreabiertos se volviera arte.

Para el ese pequeño pálido era la obra maestra más magnífica del mundo.

Nuevamente volvió a besar los labios de el menor con delicadeza, deleitándose con la suavidad de los mismos.

En el ambiente solo se podía escuchar los sonidos obscenos de los labios de ambos chocar entre ellos.

Yoongi estaba mareado por tanto calor en su cuerpo, y es que cuando se trataba de Jimin sus deseos eran tantos que era demasiado para su esbelto cuerpo.

El pelirrojo tocó uno de los botones rosa del menor haciendo que este dejara caer su cabeza hacia atrás por las frías manos.

—Eres hermoso Yoonie—Su mano libre se puso en el miembro rosa de el menor haciendo que este temblará por tan íntimo toque, sonrió de lado y lamió uno de sus botones—Eres todo lo que esta bien.

Yoongi cerro sus ojos mientras sentía esas caricias ser repartidas en todo su cuerpo, por su mente pasaban tantas emociones y una calidez azotando su cuerpo.

Con Jimin se sentía tan inquieto todo el tiempo que era una sensación tan extraña y nueva. Siempre quería estar más y más cerca de el.

Yoongi puso su mente en blanco cuando sintió uno de los dedos de el mayor delinear su pierna derecha y suspiro con suavidad.

Jimin por otro lado estaba hambriento, sentía que sus pantalones cada vez le apretaban más mientras miraba a un joven tan bello solo cubierto con una camisa, no había nada a la imaginación, se veía como un muñeco de porcelana.

Abrió con cuidado las piernas esbeltas para poder acomodarse mucho mejor frente a Yoongi.

Este al ver sus partes descubiertas tapo sus ojos con vergüenza recibiendo una hermosa risa suave de los esponjosos labios de el mayor.

—No tapes tus ojos—Jimin se acercó a las orejas frías de el menor y susurró—Disfruto ver el brillo en sus ojos—Lamio el óvulo de su oreja haciendo que el bajo temblara en su lugar.

Un Buen CEO ; JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora