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Jimin tenía en su mano derecha un capuchino, el favorito de el menor, y en su otra mano su tinto amargo

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Jimin tenía en su mano derecha un capuchino, el favorito de el menor, y en su otra mano su tinto amargo. Se quedó  parado en su lugar con su ceño fruncido mientras se apoyaba en el marco de la puerta de la oficina de Yoongi.

Suspiro mientras miraba su reflejo en el café oscuro.

¿Por qué Yoongi no le había dicho nada de eso? Cómo no le había dicho que su padre era quien lo había golpeado.

No podía entrar y preguntarle por qué no  le había contado que había sido golpeado por su propio padre en la reunión, no, tenía que ser más ágil.

Miró el capuchino de caramelo en su mano.

Debía fingir que nada de esto había pasado, que el no tenía ni idea, tal vez así, el mismo Yoongi sería quien se lo digiera y entonces ahí podría ayudarlo de manera directa.

Asintió y se abrió paso a la oficina del menor, al entrar en ella pudo ver a un Yoongi risueño con el tal Taehyung mientras hablaban de cosas triviales.

Jimin tomo asiento en el sofá mientras escuchaba las risas y susurros de los otros en la oficina.

Bufo. No conocía a el tal Taehyung, pero ya le estaba cayendo pesado.

—Uhg, Tae, se me había olvidado presentarte a Park Jimin—Yoongi señaló con su mano a el pelirrojo que estaba metido en sus propios pensamientos—Es mi guardaespaldas—Hablo suave mientras le sonreía a su amigo.

Jimin dejo su mala actitud de lado al igual que su mirada fulminante y sonrió con encantó.

—Mucho gusto, joven Kim, es un placer conocerlo—Se levanto de su asiento y hizo una venía a el peli castaño demostrándole respeto.

El chico lo miro y desvío la mirada hacia Yoongi de nuevo.

—Yoonki, no necesitas un guardaespaldas ahora, yo ya estoy aquí, yo puedo cuidarte.

Jimin frunció sus labios y se sentó en el sofá otra vez. Ese tipo era un hijo de puta. Al parecer no se iban a llevar bien.

—Lo dudo—Dijo mientras aclaraba la garganta fingiendo que se había atorado con algo para no ser tan directo.

Taehyung frunció su ceño y Yoongi estallo en risa. A Jimin le agradaba que Yoongi estuviera tan feliz hoy, nunca lo había visto sonreír tanto.

—Tae ya deja de decir esas cosas, Jimin hace un excelente trabajo—Yoongi miró a el pelirrojo y este disimuladamente le guiño el ojo.

—Mmm, no lo sé, nadie podría cuidar a mi mejor amigo tanto como yo—Taehyung apretó las mejillas pálidas del menor y sonrió.

Jimin frunció su ceño y desvío los ojos.

Por favor, esto era ridículo, ellos dos juntos eran ridículos.

Apretó su mandíbula, sentía tanta incomodidad que ni siquiera le pareció algo normal. No le agradaba que Yoongi se juntara con ese chico.

Un Buen CEO ; JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora