Las chicas quieren divertirse

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Un mes después

El tiempo pasa rápido. Dylan ha estado actuando con la habilidad, el buen juicio y el comportamiento educado que se espera de una persona que está entrenada para hacer su trabajo bien. Se apega a un conjunto de normas y un código de conducta que le permiten tomar decisiones competentes. Nada, ni siquiera la misma Yue, ha sido capaz de distraerlo de su objetivo principal: proteger a la hija del rico y poderoso Sr. Shen.

Por otro lado, Yue se ha olvidado por completo del loco agresor de hace unas semanas, el hombre al que despidió. Aparentemente, fue arrestado por robo a mano armada días después. Por lo tanto, ella ha vuelto a su costumbre de atormentar a Dylan con la actitud atrevida y rebelde que la caracteriza, quitándole el sueño por la preocupación de que pueda escaparse en la madrugada para ir a algún lugar, amenaza que le hace todo el tiempo al pobre hombre, diciendo: "¡Un día, cuando menos te lo esperes, saldré a escondidas y ni siquiera te darás cuenta!".

¿Por qué se comporta así? Dylan se pregunta todo el tiempo. Él no es su enemigo; no ha hecho nada para molestarla, ¿o sí?

Sin embargo, Yue cree que este es un pasatiempo inofensivo, una manera de entretenerse a costa de él. Después de todo, Dylan parece estar a la altura del desafío. Nunca se queja, nunca muestra ninguna señal de molestia; ¿por qué debería detenerse entonces?

Lo que pasa esta noche es el ejemplo perfecto de sus travesuras.

Yue espera en silencio en su habitación a que Dylan se duerma, y luego deja la casa de puntillas en la oscuridad, con sus tacones altos en la mano.

Cuando Dylan oye el ruido de la puerta principal que se abre y se cierra, se sobresalta y se despierta. Sale corriendo de la casa y ve a Yue subirse a un auto con unos amigos, vestida de muerte lenta, con la mirada desafiante que lo vuelve loco.

 Sale corriendo de la casa y ve a Yue subirse a un auto con unos amigos, vestida de muerte lenta, con la mirada desafiante que lo vuelve loco

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Esta mujer le dará un ataque al corazón al pobre muchacho, por muchas razones.

"¡Ah! ¡Shen Yue!"

Puede que Yue no lo vea, pero Dylan está definitivamente molesto.

Dylan se viste de inmediato, toma el auto y comienza a conducir. Lo que Yue no sabe es que él clonó su teléfono después de que ella trató de escapar hace un tiempo. ¿Inapropiado? Quizás, pero absolutamente necesario. Fue la solución perfecta. Ahora él lo sabe todo: con quién habla, quién le envía mensajes, adónde va y qué escucha. Ella es un libro abierto para él, uno que es inesperadamente agradable de leer.

Llega al local nocturno y consigue a Yue a través de su móvil. Ella está en medio de la pista de baile, bebida en la mano, humo teatral que la rodea, y luces de discoteca que la convierten en una visión fascinante de movimientos sensuales y rasgos brillantes. Es una de esas criaturas que atraen a un hombre de inmediato, hipnotizado por su inconsciencia, su forma de ser quien es, sin preocuparse por lo que otros piensan o creen que ella debería hacer o ser. Ella es única. ¿Se habría convertido en esta mujer particular si no hubiera pasado por tantas cosas? ¿Quién sería si no hubiera ido a la biblioteca ese fatídico día? ¿Dylan la habría conocido de todos modos?

Un disparo al corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora