Cosas de la vida.

Distancia.

Te veo y trato de recordar el porqué siempre te defendí. Te veo y me siento triste al ver que tú no compartes mi felicidad.

Me miras con reproche y muerdes tus labios en un intento por no arremeter ante la persona que tanta rabia te causa. Ilógico, debe ser al revés, ya que tú fuiste quien le quitó algo a él. Aquello no se va a recuperar aquello ya quedó en el pasado, ahí donde eh dejado mi dolor, la soledad que obtuve de manera gratuita sin saber como me la gané.

Dices quererme pero cada vez me muestras tu lado egoísta. Frustrante. Doloroso.

A veces te miro y me encuentro con la nada. Ya no entiendo cómo es que hemos llegado a esto, cómo es que tu sola presencia me asfixia. Prisionera de tus reclamos, así me siento. Enjaulada sin poder extender mis alas, encerrada en tus vagas verdades.

Perdóname si ya no quiero estar a tu lado, tal vez tengo miedo a la soledad, a aprender a vivir sola, pero es lo mejor. Para ti. Para mí. Debo seguir mi camino y poner distancia, si es que no quiero terminar convirtiendo este amor que tú te ganaste en odio y rencor.

No sé lo que el destino me depara, no sé quienes se cruzarán en mi camino, lo único que sí se, es que es hora de que comience a tomar las riendas de mi propia vida, sin ataduras ni pasados.

No te voy a abandonar, solo me iré para comenzar a vivir, pero siempre velaré por ti. Por que aunque tú no lo quieras creer siempre serás lo que más amaré en mi vida. Tú y él son lo que más amo, mis dos grandes pilares, lo que me ha mantenido viva hasta ahora.

Mi vida y mi esperanza.