Cosas de la vida.

Desilusión.

Te odio, por odiarlo. Lo odio por buscarte cuando ni siquiera lo mereces. Eh escuchado sus llantos en silencio y tú te atreves a despreciar lo que yo anhelo desde siempre.

Me duele saber que no podré tenerte, pero si debo escoger entre él y tú, desgraciadamente no sales ganadora. Luche por hacer que todo funcionara e hice oídos sordos a aquellos que decían que tanto él como yo perdíamos el tiempo queriendo estar a tu lado. Es una pena saber que tuvieron razón.

Duele saber que no mereces que él llore y te busque. Duele saber que cuando se entere de todo lo que pasó, cogerá una cerveza y comenzará con su desdicha nuevamente. Te odio por arrancar de su ser la alegría de saber que supuestamente ya eramos lo que nos correspondía por ser de la misma sangre.

Ahora me toca a mí esconder mi pena y ser fuerte. Ahora me toca a mí vivir la desdicha de la suya. Ahora soy yo la que aguantara su desconfianza, esa que provoco la persona que ahora defiendes con uñas y dientes.

Espero que seas feliz con la decisión que has tomado. Espero que no te arrepientas. Ahora quiero que te vayas de nuestras vidas lo más lejos posible. Ya no puedo con esto. Ya no puedo ser una simple intérprete entre ustedes dos. Ahora ya no tolerare tus insultos hacia la persona que amo con lo locura. Él es mío y no permitiré que tú, una insensata y sin consciencia de lo bueno y lo malo lo arrime más y más a la soledad, esa de donde yo eh tratado con fiereza de rescatarlo.

Te di una oportunidad. Tú la desaprovechaste. Te di la oportunidad de conocerlo. No quisiste. Bien ahora toma tu rumbo. Ahora solo somos lo que desde siempre nos destinaron a ser. Dos desconocidas. Tus pasos ya no siguen los míos. Ni siquiera vamos por el mismo sendero. Cuídate. Sé grande con la miseria de gente que te rodea.