Cosas de la vida.

16:39...

El viento hace volar las hojas a su propio ritmo, ellas no pueden hacer nada contra la fuerza de la naturaleza, como yo pero en otro ámbito.

Una hora y dieciocho minutos, perdón, diecinueve, aún sigo esperando que el profesor aparezca acompañada a la distancia de sus escasos alumnos que hace más de media hora se quisieron ir, pero que yo les dije que llegaría a las cuatro, veintiún minutos después me arrepiento de eso, ya va a ser cuatro y media y el bendito profesor no aparace.

Por mí, me fuera, como es costumbre en la universidad pero por cuestión de horarios es mi primera clase de laboratorio que llevare con él y pues para coronar la fatal tarde...no lo conozco!!!! Mi profesor de teoría me designó ese profesor ya que era con el único qué no se me cruzaban los horarios y yo agradecida por el gesto no puedo simplemente irme.

Por lo que sigo aquí  en las escaleras del departamento de laboratorios de quimica, congelandome, escuchando a las aves pasar y releyendo el epílogo de la novela que por fin eh dado culminación. No se si saben lo quee se siente poner tres simples letras al final del ultimo punto. 

Recuerdo que me dieron ganas de llorar pero cómo estaba en una cabina de Internet, me las aguanté.

Jamás, nunca en toda mi vida me vi escribiendo, siempre me ah gustado leer, pero escribir es otra cosa, otro mundo. La sensación de solo tú saber lo qué pasará (ligeramente), de encariñarse con cada personaje, sentir en tu cuerpo y marcar en tu alma lo que ellos sienten es algo único.

Sé qué eh mejorado, muchos me lo han dicho, yo también lo intuyo. Creo que es normal si algo te apasiona. Es normal que mejores en algo qué te permite escapar de la realidad cuando más lo necesitas. Justo cómo ahora, la espera no es eterna cuando haces lo que más te gusta, en mi caso, escribir. Y cómo veo seguiré escribiendo...ya son 4:37  pm... y ese profesor no llega-_-, creo que o bien vive en otro continente o su movilidad es una tortuga de 149 años.