¡¿QUÉ NO TAS VIENDO?! ┻┻︵ヽ('Д')ノ︵┻┻

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- ¿Sucedió algo? - Se le acerco preocupado.

- Solo un desacuerdo con mi madre - Sonrió leve, Izuku notaba la tristeza en su mirada.

- Katsuki - Le acaricio la mejilla, el cenizo lo miro, como amaba esos ojos jade, sus pecas, sus cejas, todo de el lo amaba. Lo tomo por el cuello de la camisa y lo atrajo hacia él dándole un profundo beso.

- Quiero ir a casa - Escondió su rostro en su pecho, el peliverde solo lo abrazo.

- Está bien, vamos a casa - Acaricio su cabeza, sabía que cuando quisiera decirle lo que pasó lo haría y si no era necesario no lo hará.

Al llegar a la casa del cenizo esté solo se recostó en la cama, el peliverde no sabe que debe de hacer, solo dejo su saco en el perchero y camino hasta la habitación, acaricio de nuevo su cabeza.

- ¿Te vas a acostar o te vas a quedar parado? - Dijo en un susurro casi inaudible, el pecoso sonrió y se acostó a su lado abrazándolo protectoramente.

Y así comenzaron las vacaciones de verano, Katsuki se levantaba y dormía tarde Izuku era el que se despertaba y limpiaba la casa, desde ese día el cenizo se veía más apagado solo cuando estaba en el bar o con Kirishima era cuando sus ojos brillaban.

- Eh Bakugou, te traje helado - Entro a la casa como si fuera suya.

- Genial, helado - Sonrió adormilado.

- No me digas que te acabas de despertar - Se sentó a su lado con diversión.

- Hace eso todos los días - Comento saliendo de la cocina mientras secaba un plato.

- Sigues con tus malas costumbres de verano - Le pellizco la nariz.

- Esas jamás se me quitarán - Sonrió divertido - Izuku, tráeme una cuchara - Le ordenó con una sonrisa infantil.

- Okey - Rodó los ojos resignado.

- ¿Y qué vas hacer? ¿Se lo dirás? - Pregunto con preocupación, el cenizo destapó el bote de helado mirando a la nada.

- No lo sé - Frunció el ceño - Es que no quiero irme - Lo miro con los ojos llorosos.

- ¿Quién se va a ir? - Salió de la cocina con la cuchara.

- Nadie, dame la cuchara - Dijo con cansancio.

- Por favor - Se le acercó divertido dándole un beso en la nariz haciendolo sonrojar.

- Por favor - Hizo un puchero como niño chiquito, el peliverde le dió la cuchara - Gracias - Encajo el cubierto en el helado.

- De nada - Sonrió satisfecho regresando a la cocina para terminar de recoger los trastes.

- Deberías de decírselo, se que no lo haces porque crees que no es necesario, pero para mí, es muy necesario - Lo miro con preocupación.

- No es necesario aún - Se llevó una cucharada con una gran porción de helado.

- ¡¿Aún?! ¡Pero...! - Fue interrumpido por una cuchara de helado.

- Calladito te ves más bonito - Le sonrió burlón, el pelirrojo saco la cuchara de su boca.

- Yo siempre soy bonito - Se pasó el helado.

- En eso no estoy de acuerdo - Se llevó otra cucharada a la boca riendo divertido.

- Bien, te dejo con él, pero considera lo que te dije - Se levantó del sillón inquientando al cenizo.

- Pero apenas llegaste - Se quejo comiendo más helado.

ESTÚPIDO PROFESOR MIDORIYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora