ESTÚPIDO PROFESOR MIDORIYA

SOY EL MAPA, SOY EL MAPA, SOY EL MAPA 〜(꒪꒳꒪)〜

Que buen día, todas las clases que tuvo fueron estupendas, los alumnos participando, entregaron la tarea, como adoraba a todos sus grupos.

- Buenas tardes profesor Midoriya - Saludo una chica que iba entrando junto su grupo de amigos.

- Buenas tardes chicos, ¿Cómo están hoy? - Les sonrió haciendo sonrojar a todas las chicas.

Izuku Midoriya, profesor de Lengua y Literatura, conocido mejor, como El Príncipe, nombrado así porque las alumnas lo ven como un ser divino, jamás se le ha visto molesto y actuando fuera de lugar, en pocas palabras, es un pan de Dios.

- B-bien - Tartamudeo una.

- Que bueno, siéntense y saquen su libro - Todos obedecieron, el pecoso sonrió, le encantaban sus alumnos, eran tan ordenados y amables, por eso era maestro en la universidad - Bueno pasaré lista - Saco su lista, se puso sus lentes y tomo un bolígrafo - Mei

- Presente - Sonrió

- Hineko

- Prese...- Fue interrumpida por una falsa tos, Izuku alzo la vista viendo por todo el salón hasta que se detuvo en un chico que tenía las piernas arriba de su escritorio, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

- ¿Sucede algo? - Pregunto con una leve sonrisa, haciendo suspirar a la mitad del salón, molestando aún más al chico.

- Si - Dijo cortante, el peliverde lo vio aún sin entender, pero aún con su sonrisa - Me salto - Comento enojado.

- ¿Te salte? - Abrió los ojos y dirigió su mirada a su lista, deteniéndose en el segundo nombre de la lista que estaba remarcado con marca textos turquesa - ¿Eres...Katsuki Bakugou? - Cuestionó.

- Si - Volvió a decir cortante.

- Pero aquí tengo que tú ya no vienes a clases - Explico quitándose los lentes, otra vez suspiros se hicieron escuchar en el salón, haciendo saltar una vena de la frente del cenizo.

- Estoy aquí, ¿No? - Dijo con obviedad.

- Pero nunca te presentaste, por lo que no puedes reclamar nada - Explico, guardando sus lentes y entrelazando sus dedos arriba del escritorio con una sonrisa tranquila, las chicas empezaron a babear - Y si no te molesta, baja tus pies del escritorio - Ordenó con voz severa pero gentil, las chicas casi se desmayan, Katsuki sonrió divertido.

- Me molesta, y si puedo reclamar, si no me crees puedes ir con el director, Mi-do-ri-ya - Se burlo sonriendo con arrogancia.

- Deberías llamarme de usted - Se levantó con molestia las chicas que ya estaban acostadas en su escritorio se volvieron a levantar aún o más emocionadas.

- Ni que fueras un anciano - Imitó al pecoso con una sonrisa retadora.

- Acompáñame con el director ya que dices que puedes reclamarme - Señalo la puerta, Katsuki sonrió y tomo su mochila y salió del salón - No tardó chicos, empiezen a escribir un texto de veinte renglones con lo que vimos ayer - Todos asintieron, el peliverde salio del salon cerrando la puerta detrás de si, logrando a escuchar los gritos de las chicas, suspiro, para luego mirar de mal humor al chico enfrente de el que veía su celular y escuchaba música, frunció el ceño.
¿Quién era ese chico enfrente de el? Nunca lo había visto, ¿Por qué hasta hora se presenta? Bueno, todas esas preguntas serán contestadas por una persona.

...

Nezu se encontraba tranquilamente guardo informes en su folders y unos toques en la puerta lo hicieron suspirar, ya suponía de quién se trataba.

- Adelante - Izuku entro con el ceño levemente fruncido, atrás de él estaba el cenizo, sonrió cansado.

- Director Nezu yo...- El albino levantó una mano, el pecoso guardo silencio.