Recuerdos.

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Alicia.

Es que no puede ser posible que sea yo quien deba entregarle ese bobo reconocimiento a esa tonta de Raquel, es que ¿Por qué? Reconocimiento ¿de qué?, si está más que claro que todo el trabajo lo hice yo –miré al peludo amiguito con el que mantenía la conversación- Comisario, tu sabes que soy yo quien siempre ha tenido que sacarla a ella de los problemas donde se mete, ¿lo sabes no? –le hablaba al animalito como si el pudiera responder, el solo se lamia sus patitas- Desde la academia he sido yo quien siempre le salva el pellejo y ¿ella que? nunca agradece, siempre con esa mirada de mosquita muerta, es que te juro que no sé porque siempre sigo ayudándola- seguía caminando por todo el apartamento, dando los últimos detalles a mi vestimenta para la ceremonia, me mire frente al espejo y vi el reflejo, levante una ceja y fruncí el ceño, estaba lista, pantalón de vestir ajustado, camisa de botones blanca, saco negro encima y chaleco antibalas debajo de todo, me cuido, no todos los días eres perseguida por una banda de criminales que quieren acabar con tu vida porque le desmantelaste el negocio- reí para mis adentros, me acerque al gato y le acaricie, lista para salir-.

Raquel.

Me sentía sumamente emocionada, este reconocimiento era algo que había estado esperando por años, y aunque estaba algo desanimada por lo que había sucedido con Alicia, no permitiría que eso nublara este día tan especial, mi reconocimiento por mérito al ponerle fin a esta red de trata de mujeres, hacía años que venía siguiéndole la pista, pero he de admitir que si no hubiese sido por la ayuda de Alicia, no hubiese acabado todo como lo hizo, en el fondo sentía la necesidad de agradecerle, pero ella es tan terca como una mula y no aceptaría ningún agradecimiento o algo que la hiciera sentí inferior. Alicia Sierra como colaboradora y no como inspectora principal, eso no se lo aguantaría, mientras me acomodaba pensaba en que momento justo Alicia se convirtió en esa mujer fría y calculadora que es ahorita y es que retrocediendo en el tiempo puedo recordar que era una chica muy dulce, tímida e introvertida.

Tiempo atrás

Primer año de la academia, me sentía sumamente nerviosa por esto, esto era todo lo que siempre había querido, desde niña veía películas donde los polis se la jugaban por salvar la vida de las personas, sin miedo y esa quería ser yo. A decir verdad mis nervios se incrementaban por el hecho de que esta carrera no es muy común en mujeres y la competencia masculina iba a ser fuerte, por suerte entre junto a Raúl, Raúl mi mejor amigo desde primera de secundaria, estábamos ansiosos por nuestro primer día.

Raquel: Debes acomodarte bien la camisa Raúl, debemos dar una buena impresión- le dije, acomodando uno de los botones de su camisa-.

Raúl: Raquel todo va a salir bien, no estés nerviosa, solo se tu misma- dijo para calmarme, días anteriores le había comentado que tenía miedo de no encajar-.

Raquel: ¿yo misma? Estás loco, debo ser la mejor, ser yo misma no bastara- dije y subimos al auto que mi madre me había obsequiado por buenas calificaciones-.

Llegamos después de rodar unos 25 minutos, muchos estudiantes estábamos en lo que era la plaza de la entrada de la academia, se supone que acá nos darían las primeras instrucciones. Nos hicieron pasar hacia una oficina donde nos entregaron el horario y los números de aula, así que Raúl y yo caminamos, por suerte también quedamos juntos en la mayoría de nuestras clases, entramos a un aula con mesas y sillas una detrás de otras, pasaron unos minutos hasta que se llenó por completo, había muchísimo ruido, yo intentaba encajar, todos estaban riendo y hablando tonterías y como era de esperar, era yo la única chica en el aula, o al menos eso pensé hasta que una chica apareció en la puerta, su cabello era rojo como un atardecer, traía sus libros en las manos, traía muchos y me pregunte porque traía tantos al primer día, la chica se detuvo en la puerta.

Alicia: ¿Es esta e aula 256?- pregunto, se escuchó que le gritaron desde atrás "se te van a perder los libros" y unas carcajadas vinieron detrás, Raúl me miro.

Raúl: Esta es, pasa – le dijo ayudando a la chica, quien a dar 3 pasos termino tropezando frente a mí y tirando todos los libros, sentí pena por ella y mi respuesta inmediata fue ayudara, pero las risas retumbaron mi cerebro y por seguir el juego, reí también y empuje uno de sus libros más lejos. Raúl se quedó mirándome desconcertado- Raquel- Exclamo y allí entendí lo que había hecho mal-.

El sonido de mi teléfono me trajo de nuevo a la realidad, y pensé que verdaderamente fui una mala persona con Alicia los primeros Años con ella, sin pensar que luego las cosas iban a cambiar para ambas.

Tan mía como de nadie. // Ralicia / Alicia & RaquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora