ABRIENDO LAS ALAS (SECUELA DE FAMILIA CUERVO)

RARO

Kei está muy triste -le dijo Aneko a Ren-

Yo también -se recostó en su pupitre-

Ren, hablo enserio, creo que apenas noto que va a ir a Tokio, tu estás triste por perder el examen -lo miró-

Aneko -hizo un puchero-

No lo entiendes, mamá suga me va a matar -suspiro- quizás debería tener sexo con Kei, antes de morir

Ya pareces haruki con esos dramas -lo miró Aneko- y tienes sexo, sin importar el motivo

Eso es cruel, lo hago por amor, pero una virgen no lo entendería -la miró-

Ren -sonrió Aneko- no vas a ir a mi casa está semana y sabes que, me voy a llevar a Kei -le saco la lengua y salió corriendo al gimnasio de baloncesto-

El de cabellos platinados la empezó a perseguir, pero lamentablemente choco con el maestro de lenguas, el mismo con el cual había perdido vilmente su examen

Sensei -se levanto y comenzó a recoger los papeles del mayor-

Sawamura-kun, hablé con tu entrenador y hoy tienes Clases extra -dijo y sin más siguió su camino-

Cuando Ren llegó al gimnasio, pudo ver como Aneko salía de ese lugar con Kei

Su carita de yo no fuí -hizo un puchero y se dirigió a su salón, no quería hacer enojar a su maestro-

Kei se lanzo a la cama de Aneko y envolvió a la rubia en un abrazo

Te amooooo Aneko-chaaaaaan -lloriqueaba- no consigas otro mejor amigo

Kei -sonrió- eres mi mejor amigo, fuiste mi primer amigo de verdad y que no se burló de mí

¿Por qué me iba a reír? -giro la cabeza como un cachorro confundido-

Por Nada, solo que eres genial -lo abrazo-

¿Por qué Ren no vino? -pregunto el pelirrojo-

Perdió un examen y está castigado -lo miró-

Oh, Aneko-chan -abrazo más fuerte a la rubia-

No res...pi...ro -trato de separar al pelirrojo-

Perdón, ¿Nos a abandonar por taiki? -la miró-

No, aún no somos nada, solo es un chico y tú y Ren son mis mejores amigos -sonrió-

Pero lo besaste y uno no besa a cualquiera, puedes salir con él, pero nunca dejes que te haga llorar -sonrió- si te hace llorar me dices

Por su puesto -le beso la mejilla y ambos se terminaron quedando dormidos-

Afortunadamente Kei y Ren, tenían uniformes en el closet de Aneko.

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Oye papá -llamo Rin-

Dime -despego la mirada de los pimientos que estaba cortando-

Mañana mi salón hará algo especial y pues -empezo a jugar con sus dedos- ¿Me preguntaba si querías ir?

Pero por supuesto -sonrió- ¿A qué hora es?

A las 11 de la mañana -sonrió-

Estaré allí -sonrió-

Te amo mucho mucho mucho Papi -lo abrazo con fuerza, definitivamente le gustaba ser la niña de papá-

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